Después de 25 años, la iglesia de las Capuchinas vuelve a disponer de la verja metálica que separaba antiguamente el convento de la calle Panaderas. El enrejado se encontraba depositado en los talleres municipales y ha sido recuperado por iniciativa de la Asociación de Amigos de las Capuchinas, que desde hace años promueve la recuperación del templo, en que también se restablecieron los oficios religiosos recientemente, que habían dejado de celebrarse hace más de treinta años.