El mercado de San Agustín empieza a mostrar ya su nueva cara. Aún no es la que tendrá cuando finalice la obra, pero se adivina ya cómo quedará cuando no quede ni rastro de las uralitas y los puestos tengan vinilos y toldos.

"El otro día estaba viendo unas fotos del mercado antiguo y ahora se va pareciendo más a como era al principio", explica la portavoz de las placeras, Ángela Barrán, de Mariscos Dory. Y es que la reforma de la plaza deja ya ver parte de la nueva imagen de los puestos.

"Ahora está todo más abierto, los puestos están más accesibles a la gente y se trabaja mejor", comenta Barrán, que defiende el diseño de la rehabilitación del mercado. "Ahora las líneas son más sencillas, no hay tantos recovecos, hay más espacios abiertos, se aprovecha más la luz natural y se ve como más higienizado", describe Barrán. Otra de las novedades del mercado está en su logotipo, que se ha modernizado. Los trazos recuerdan a la arquitectura de la plaza, tanto, que se podría identificar sin que llevase debajo el nombre.

Eso sí, todavía quedan algunos toques que le darán a San Agustín una apariencia todavía más renovada, como la colocación de unos vinilos decorativos y el montaje de todos los toldos de los puestos, un respiro para todos los placeros que, a diario, trabajan en el mercado.

"En la obra de reforma inicial estaba proyectado que nos pusiesen techos de barro, que aislan el frío en invierno y el calor en verano, pero después se cambió y se puso uralita, que no es tan buena como el barro, ni siquiera para los alimentos, porque no transpira tan bien", relata Barrán. Ahora, esos techos se renuevan y son unas lonas grises, más ajustadas a las necesidades de las trabajadoras de la plaza.

Para el nuevo Gobierno local, las placeras tienen ya unas peticiones claras. "Les mandamos a casi todos los partidos que se presentaban a las elecciones los deberes que les poníamos, que nosotras somos muy aplicadas", dice Barrán. En el escrito que les enviaron, les pedían que, sobre todo, las promesas que les hiciesen no cayesen en saco roto, que no fuesen simples compromisos electorales que, tras el recuento de votos, se quedan en nada.

"Les pedimos que sigan con la reforma, que no se olviden y que mejoren la accesibilidad al mercado", recuerda Barrán. En el colectivo de comerciantes saben que no tienen opciones de tener un aparcamiento subterráneo, como otras plazas y, por eso, reclaman que se conecte San Agustín con el parking más cercano, para que sus clientes puedan acceder a los puestos con comodidad.

"Hay fórmulas, por ejemplo, la de la gestión mixta de una planta del aparcamiento del Papagayo para que se pueda utilizar como parking del mercado", propone Barrán y apuesta por la mejora de la movilidad en todo el entorno del mercado.