El gerente de la Compañía de Tranvías, Javier Contreras, aseguró ayer que esta segunda jornada de huelga de los conductores de los buses urbanos respondía a los "caprichos de unos cuantos" trabajadores que, con su paro, pretendían "chantajear a la ciudadanía". El presidente del comité de empresa, Alberto Couselo, declaró sin embargo que el seguimiento de esta segunda jornada de huelga en una semana había sido más secundada que la anterior -que se celebró el pasado viernes-.

"Solo salieron 17 conductores, cinco de ellos con contrato eventual, además de los que tenían que cumplir con los servicios mínimos", explicó ayer Couselo. Calcula que el apoyo fue mayor porque, a diferencia de en la anterior jornada, uno de los autobuses que se habían puesto de refuerzo en las horas puntas, tuvo que volver a cocheras por no tener conductor de relevo.

El próximo martes, el comité de empresa de Tranvías se reunirá con los miembros de Marea Atlántica para exponerle a la formación los problemas que tienen con la concesionaria municipal.

El comité alertó el pasado jueves de que estaba esperando la llamada de la empresa para seguir negociando el convenio colectivo. Tranvías, sin embargo, asegura que las conversaciones las había roto el comité "después de haber llegado a un preacuerdo".

Los representantes de la plantilla convocarán la próxima semana una asamblea de trabajadores, después de su reunión con Marea, para transmitirles las conclusiones y para decidir qué camino tomarán. Entre las posibilidades que el comité baraja está la de hacer un paro indefinido. Los trabajadores solicitan que se incluya en el convenio colectivo una cláusula en la que se reconozca la subrogación de sus empleos en el caso de que cambie la concesión municipal, cuando se acabe el contrato entre la Compañía de Tranvías y el Concello. Este derecho está reconocido en la ley de transporte, aunque Couselo alerta de que esta normativa puede cambiar y de que puede quedar sin valor, por lo que aboga por incluirla en el convenio con la actual concesionaria del servicio.

"La subrogación que solicitan no está en manos de la empresa. Hay encima de esto una ley que lo regula y, en último caso, será el Ayuntamiento el que decida", explicó ayer Contreras. "Creemos que es una petición con muy poco sentido común y me atrevería a decir que, con las condiciones económicas y laborales que tienen los conductores, estas peticiones son una falta de respeto a los coruñeses que trabajan 40 horas semanales y cogen el autobús y tienen que sufrir los caprichos de unos cuantos conductores que quieren chantajear a la ciudadanía con una huelga", dijo Contreras, sobre la petición de reducir la jornada laboral de 1.810 horas a 1.750 horas anuales.