La llama de María Pita, esa que luce encima de la palabra Libertad, lleva apagada varios días, al menos, desde el pasado fin de semana. La rodea una cinta policial que impide el paso y también unas vallas que no dejan a los más atrevidos subirse a la piedra para hacerse una foto con el Concello de fondo.

Una de las razones por las que esta luz ha dejado de brillar puede ser la rotura de la piedra que le servía de sostén a la antorcha y es que, a simple vista, se aprecia que está hundida por el centro.

En la valla que colocaron los agentes de la Policía Local, alertan de que está prohibido el paso a la instalación salvo para aquellos que vayan a arreglar la maltrecha piedra y a poner, de nuevo en funcionamiento, la llama en la plaza de María Pita.

No es la primera vez que la antorcha de María Pita se estropea y se apaga. En esos periodos, en los que no funciona, el hueco por el que sale el gas y surge el fuego se convierte en una papelera improvisada. Dentro de ese agujero se pueden encontrar paquetes de tabaco, chicles y otros productos sobrantes.