Nací en As Xubias de Abaixo, donde viví con mis padres, Manolo y Pura, y mis hermanos Gerardo, Arturo y Luis. Mi padre fue un conocido barquero de Laxe y mi madre trabajadora del muelle pesquero, donde era bacaladera en A Palloza. Mi primer colegio fue el de As Xubias, donde estuve hasta los nueve años, cuando murió mi madre y me fui a vivir con su hermana María a Os Castros, donde pasé mis mejores años de niñez y juventud.

Tengo que recordar a mis primeros amigos de As Xubias, como los hermanos Lolo y Luis, Miguel Gantes, Luis Piñeiro, Rosa y Manolo. Nuestros juegos los hacíamos en la rampa del muelle, donde unas veces cogíamos marisco y otras jugábamos con bolas o chapas. Mi faceta musical, en la que soy conocido como Cañita Brava, comenzó muy temprano, ya que siendo un niño en verano bajaba a la rampa y subía a la lancha de los hermanos conocidos como El Rubio y Baltasar, que cruzaban la ría a la gente que iba y venía de Santa Cristina.

Me invitaban a remar y cantar durante la travesía y poco a poco mis canciones comenzaron a ser conocidas y me llamaron para que actuara en los bares y chiringuitos del barrio y de Santa Cristina, además de en las lanchas que iban desde la Dársena hasta esa playa.

Hacía tantos viajes y a la gente le gustaban tanto mis canciones que había domingos que no podía con el peso de las monedas que me daban, hasta el punto de que una vez se me rompieron los bolsillos y me las vi y me las deseé para recogerlas. Un día llegué a reunir mil pesetas, que era toda una fortuna para mí y con las que lo pasé bien durante todo el invierno.

Más tarde comenzaron las actuaciones de una forma más seria, como la que hice en una cafetería de As Xubias en la que me acompañó el guitarrista Caneco, de la orquesta Los Marines, en la que canté una conocida canción inglesa con la que tuve mucho éxito y que me valió para que me propusieran otras actuaciones por el barrio, así como en verbenas, en las que interpretaba temas como El fugitivo e Isabel, además de otros de Antonio Machín.

La gente también me pedía que imitara la radiación de partidos de fútbol, con las que se tronchaba de risa, ya que me conocía las alineaciones de todos los equipos e imitaba a conocidos locutores, así como los anuncios de Guillette, Filomatic y Varón Dandy, por lo que fue una época muy bonita para mí que me dio a conocer y que me decidió a dedicarme como profesional al mundo del espectáculo, ya que hasta entonces me dedicaba a empacar y limpiar pescado en el muelle.

Allí estaba cuando Chicho Ibáñez Serrador me llamó para actuar en el programa de televisión El semáforo, en el que estuve dos años, lo que me hizo ser conocido en toda España y para que después Javier Sardá me ofreciera trabajar en Crónicas marcianas, donde actué con otros artistas como Leonardo, Santiago Segura o Lichi Toledo. Más tarde participé en el programa Tiempo al tiempo con Concha Velasco.

Posteriormente actué en casi todas las televisiones autonómicas e hice giras de verano en las que estuve acompañado por tres músicos para cantar en chino, árabe, inglés, ruso y griego. Fueron unos tiempos inolvidables, tras lo que el gran Santiago Segura me contrató para trabajar en las películas de Torrente, en las que salí muy satisfecho de mi labor y de lo bien que él se portó conmigo.

Tengo un gran recuerdo del fallecido concejal Juan Manuel Iglesias Mato, Palau, quien siempre contó conmigo para actuar en San Juan y en las fiestas de verano, ya que mientras se ocupó de esos festejos nunca falté a ellos, sobre todo en Os Castros, donde sigo viviendo y aún me llaman para que haga alguna actuación con los amigos de siempre, con los que me reúno a menudo para recordar los viejos tiempos.