Un coche mal aparcado provocó a primera hora de la mañana de ayer una imagen inusual en la calle Orillamar: una hilera de ocho autobuses urbanos atascados sin poder continuar su marcha ya que el turismo impedía su paso con holgura. Otros dos estuvieron parados, entre otros tantos turismos, durante más de media hora, hasta que una grúa municipal retiró el coche.

El atasco comenzó sobre las 9.45 horas, al no poder pasar un autobús urbano a la altura del número 54 de Orillamar debido a que un conductor había dejado su turismo en una plaza ocupada, en parte, por un andamio y en la que está instalada una señal de prohibido aparcar. Dos policías municipales se desplazaron en moto al lugar y requirieron una grúa municipal para retirar el automóvil. Personal de la Compañía de Tranvías acudió a Orillamar y, con indicaciones, logró que el primer autobús parado pudiera continuar su ruta justo cuando ya llegaba la grúa.

Uno de los autocares se quedó parado antes del cruce entre las calles Atocha Baja y Javier Fonte, lo que permitió que los vehículos procedentes de San Juan continuaran por Pelamios hasta que un bus procedente de esa calle terminó bloqueando el tráfico. Entonces, el tráfico se desvió por Fuente Seoane. Al inicio de Orillamar, la circulación tuvo como alternativa la calle Veramar hacia el paseo marítimo.