Si uno tiene una buena estatura, una calvicie más que notable, una barba poblada y además viste un traje de flamenca blanco con lunares rojos, es más que posible que no pase desapercibido al pasear por la calle a no ser que se trate del Carnaval coruñés. Pero es que el primer día de las fiestas de María Pita tiene poco que ver con la época del Antroido y si encima el lugar elegido para circular es la zona de copas del Orzán y de madrugada, con las calles atestadas de gente, la sorpresa de los viandantes es aún mayor. ¿Se trataría de una apuesta entre amigos o de un afán por llamar la atención a toda costa?