Capas de humo dispersas por zonas en varios momentos del día y un constante olor a quemado flotaron ayer sobre la ciudad a consecuencia de dos incendios forestales y un foco de fuego ocurridos en Bens desde la noche anterior. Alrededor de las doce se originaron las primeras llamas en una zona de Bens próxima a O Portiño y junto a una chatarrería; poco después hubo otro fuego cerca de la instalación, que se juntó con el primero. Los bomberos estuvieron toda la noche tratando de controlar el incendio; lo lograron por la mañana, pero después del mediodía surgió un nuevo foco que obligó a reforzar los operativos municipal y autonómico. Aunque el fuego no quedó extinguido por completo, sí se pudo controlar, según fuentes municipales. Arrasó más de 20 hectáreas. No hubo que desalojar viviendas.

Las llamas afectaron a terreno de monte bajo y suelo rústico protegido en una zona de Bens cercana a antenas y cables de alta tensión. El fuego originado por la noche, del que se desconocen las causas, llegó a entrar en la parcela de la chatarrería, pero fue rápidamente extinguido. Los bomberos desplazados -cuatro unidades del cuerpo de A Coruña y dos brigadas de la Xunta- emplearon 250.000 litros de agua durante la madrugada. Pasadas las nueve de la mañana el incendio estaba controlado.

Al lugar se desplazaron a primera hora de día el alcalde, Xulio Ferreiro, y los concejales de Mobilidade Sostible y de Rexeneración Urbana, Daniel Díaz y Xiao Varela, acompañados del director de seguridad, Carlos García Touriñán.

Por entonces el humo derivado del incendio cubría algunas zonas urbanas como O Ventorrillo, Sagrada Familia y A Grela y el olor a hierba quemada y cenizas se extendía a otras partes de la ciudad.

A las 15.30 se originó otro foco de fuego entre el monte de Bens y el pueblo del mismo nombre que encendió de nuevo las alarmas y obligó a potenciar los dispositivos. Al temerse que las llamas pudieran alcanzar viviendas, se potenciaron las medidas de seguridad. Unidades de bomberos municipales y de la Xunta se mantuvieron en el lugar vigilando las superficies secas quemadas para evitar que el fuego se reactivase. El Gobierno gallego movilizó tres agentes forestales, siete brigadas, cuatro motobombas, dos helicópteros y tres hidroaviones. Ferreiro y sus ediles volvieron.

A medida que transcurrió la tarde el fuego quedó controlado, pero desde el Concello se matizó que el incendio no estaba completamente sofocado y que los bomberos estarían en la zona hasta la noche. Un retén permaneció en Bens por precaución y vigilancia.

Debido a las dificultad para extinguir plenamente los incendios, el humo fue abundante y se movió en varias direcciones, primero en la zona y en barrios próximos y luego en áreas alejadas como Os Castros y la ría de O Burgo, donde se formaron bolsas de humo más espeso. El olor a quemado podría tardar un día en desaparecer.

El Gobierno local advirtió de que abrirá una "línea de investigación" para analizar el comportamiento de las distintas administraciones al gestionar la emergencia.

El grupo municipal del PP agradeció a los bomberos de la ciudad y de la Xunta el trabajo realizado y pidió al alcalde que comparezca para explicar los incendios.