El traspaso de poderes casi se deja por el camino el concierto de Sting. El Gobierno anterior dejó sin firmar el contrato ni aprobar el precio de las entradas de un recital que había anunciado en diciembre de 2014, por lo que Intervención, el mismo día de la celebración del espectáculo, instó a suspender el recital, al que asistieron más de 8.000 personas. Un decreto de Alcaldía permitió seguir adelante in extremis con el concierto.

El informe del interventor, al que ha tenido acceso este periódico, está firmado el mismo 14 de julio, día del concierto. En su dictamen, el órgano de fiscalización recuerda que el precio de las entradas y el contrato tendrían que haber sido aprobados por el Consejo Rector del IMCE, en ese momento sin constituir. Intervención destaca que es algo que tendría que haberse resuelto cuando se pusieron a la venta las entradas, siete meses antes.

En diciembre de 2014, la exedil de Cultura Ana Fernández, del Partido Popular, anunció la cita en el Coliseum en una rueda de prensa. El mismo día se inició la comercialización de los billetes, con precios entre los 45 y los 70 euros. Desde entonces, según recoge la página web municipal, el Consejo Rector del IMCE, bajo el mandato del Partido Popular, se reunió una vez en diciembre, dos enero, una en febrero, dos en marzo, tres en abril, dos en mayo y una en junio, hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno municipal, el 13 de junio, sin que aprobara el precio de las entradas ni la contratación del concierto.

Aunque ya había nuevo Ejecutivo, el Consejo Rector del IMCE no había sido constituido todavía el día del concierto, ya que la organización municipal no recibió el visto bueno del pleno hasta el 23 de julio, después del intento frustrado de la sesión del 12 de julio.

"El precio de las localidades debería haber sido aprobado en el momento en el que estas se pusieron a la venta, hace ya más de seis meses, por el Consejo Rector, que en ese momento estaba legalmente constituido", señala el interventor en su escrito, en el que argumenta que cualquier gasto del IMCE de más de 60.000 euros ha de ser aprobado por este mismo órgano. La contratación de Sting requirió una inversión por parte del Concello de 159.000 euros. Ni se firmó antes de que el Gobierno de Carlos Negreira anunciase el concierto ni en los seis meses posteriores.

El interventor argumenta que la ley faculta al presidente y vicepresidente del IMCE a ejercer las competencias del Consejo Rector en casos de "urgencia", una situación de apremio que no considera que exista en el caso del recital de Sting porque el espectáculo estaba programado con medio año de antelación.

El habilitado nacional también cuestiona que, "cuando el espectáculo estaba programado desde hacía varios meses y por tanto, buena parte, por no decir, la totalidad de las localidades estaban vendidas", hubiese todavía que firmar el contrato. Este acuerdo incluía que un tercero, la empresa que gestiona el ambigú, adelantase una parte del caché (121.000 euros) para recuperarlo después con parte de la venta de las entradas, una práctica que no es inédita.

"Por último, el expediente fue sometido a esta intervención para informe el mismo día que se celebra el espectáculo, con el agravante de que es objeto de reparo de legalidad suspensivo, que la discrepancia debe resolverse en el día de hoy, ya que el pago se pactó mediante talón nominativo que debe ser entregado al representante del artista tras la actuación", concluyó el funcionario.

Intervención mostró finalmente su desacuerdo con la tramitación del expediente e instó a su paralización, añadiendo que solo el alcalde, Xulio Ferreiro, podía "resolver la discrepancia" con una resolución ejecutiva a través de un decreto, algo que finalmente sucedió y que permitió que Sting subiese al escenario del Coliseum. Para levantar el reparo de Intervención, el Gobierno local alegó por escrito: "El concierto es hoy y suspenderlo traería graves consecuencias para el Ayuntamiento".

El Concello asumió el pago de 159.000 euros por el concierto de Sting, una apuesta de alto coste y que sitúa al Coliseum en el circuito internacional, y se reservó el 65% de los ingresos netos por venta de entradas a partir de 100.000 euros. Además de los 125.000 euros del caché de Sting, pagó 7.842,30 euros por el personal complementario; 3.004,40 euros por el catering; y otros 5.224,41 euros por conceptos varios como la asistencia sanitaria y los acomodadores del recinto. La cifra final incorpora también 4.755 euros en necesidades técnicas (cubrecables, conectores, generador...) y 3.102 euros en seguridad. La publicidad sumó más de diez mil euros, entre las banderolas para espacios públicos (6.171 euros) y acciones complementarias de promoción como cartelería, distribución y cuñas (4.000 euros).