Abraham Boba (Vigo, 1975) es el vocalista y teclista del cuarteto León Benavente. Tras conseguir reconocimiento dentro de la escena indie nacional con su primer y único disco, publicado en 2013 y que toma el nombre del grupo, tocan hoy a las 22.30 horas en Riazor junto con Mando Diao como parte de los conciertos del Noroeste Pop Rock.

-¿Tienen pensado introducir algún tema nuevo en el repertorio de esta noche?

-Tenemos material nuevo, vamos a entrar a grabar en otoño. Pero lo hemos discutido bastante y en todos los conciertos de este año hemos decidido no incluir repertorio nuevo. Hoy en día Internet y redes sociales hacen que si tocamos una canción nueva la gente la vaya a escuchar en unas condiciones que no son las adecuadas.

-El primer disco del grupo dejó unas expectativas bastante altas. ¿Ponen nervioso las expectativas creadas de cara al segundo?

-Sí hay un poco más de presión que con el primero, desde luego. En el primer disco no tienes ningún tipo de presión que no sea contigo mismo. Pero esto es algo que también es bueno, te hace ponerte las miras un poquito más arriba. De todas formas, es algo con lo que tampoco puedes luchar. Lo primero que tiene que pasar es que nosotros nos quedemos contentos con esas canciones y decidamos enseñárselas al público.

-¿Seguirán firmando los temas de forma colectiva?

-Supongo que sí, porque es una política de grupo, y cada uno aporta al tema lo que mejor sabe hacer.

-¿Qué estilo buscarán en el próximo álbum?

-Las canciones van surgiendo dependiendo de las experiencias que hayas tenido. Y las que hemos tenido en estos últimos años han sido hacer muchos conciertos, el grupo ha sonado mucho en directo, y supongo que algo de eso se va a transmitir a las canciones. Quizás más enérgicas, potentes, y enfocadas a los conciertos.

-¿Componen para el directo?

-Ya era una premisa en el otro disco, que tiene muy pocos arreglos: son cuatro personas tocando y una que canta, y eso es lo que hay en directo. Queríamos que cuando subiésemos al escenario no hubiese algo que se echara en falta, sino que las canciones creciesen.

-Sus letras tienen un claro carácter contestatario.

-Surgieron de un clima que impregnaba la vida de todas las personas de este país y que se ha acabado colando en nuestras canciones. Son temas que no son nuevos. A mí lo que me interesa, más que el tema en sí, es la forma de abordarlo. También esto es un grupo, y las cuatro personas que estamos en el escenario tenemos que sentir lo que dice la canción en todo momento. No sirven demasiado los comentarios individuales, o temas demasiado íntimos.

-¿Conectan especialmente bien con el público de entre treinta y cuarenta años?

-Sí que es verdad que las canciones del primer disco solían tener un punto generacional. Tampoco lo pensamos demasiado cuando estábamos haciéndolas, pero cuando empezaron a sonar vimos que la gente que primero se acercaba a ellas era la de esa generación, que es la nuestra. No sé si por el tipo de música, la letra, o la conjunción de ambas, la mayoría del público de nuestros conciertos va por esa franja de edad.

-¿No es buscado?

-No, qué va. Intentar buscar cosas cuando haces canciones es lo peor que puedes hacer. Siempre te vas a confundir. Si te quieres dirigir a un tipo de público y estás haciendo canciones para él posiblemente no te salga bien. Son variables que creo que son ya no imposibles, sino perjudiciales a la hora de ponerte a hacer canciones. Ahora ya tenemos un contexto en el que sabemos que van a sonar las canciones del siguiente disco, que eso te guíe para tirar por un lado o por otro puede ser positivo. Pero hacer canciones para intentar que te escuche una determinada franja de edad o público es una tontería.

-¿Hay temas del primer disco que han mejorado con el tiempo, y otros que han perdido?

-Con este disco ha sido bastante fácil y bastante extraño. No es un disco de single claro y al final parece que las diez canciones se han convertido en single y la gente, en los conciertos, las corea por igual. No veo ninguna que haya perdido, creo que todas las canciones del repertorio han ido ganando a medida que las tocábamos en directo. Si las volviésemos a grabar ahora no tendrían nada que ver; no sé si mejor o peor, pero serían distintas.

-En la canción Ser Brigada

-(Ríe) Muchos amigos gallegos se metían conmigo. Normalmente intento decir A Coruña (ríe). Pero bueno, es una tontería y son cosas que tienen que ver con la métrica de las palabras, a la hora de encajarlas en las canciones, no busque otra connotación que no sea esa.