"Esta es mi casa y esta es mi familia", exclamó Alejandro Sanz nada más subirse al escenario del Coliseum por décima vez en su carrera. Un diamante fluorescente gigante se desplegó del techo ante el delirio del público, que abarrotó el recinto. "¡Alejandro, Alejandro!", gritaban las fans en cuanto el artista, vestido de negro, hizo acto de presencia, sobre las 22.35 horas. Sobre el escenario, un reloj marcaba la cuenta atrás. Quisiera ser y Desde cuándo fueron algunos de los temas más aplaudidos de la noche. Además de las canciones de su último disco, Sirope, entonó algunos clásicos de su repertorio. Así, hizo una mezcla con ¿Y si fuera ella? y Mi soledad y yo. El recital del cantante madrileño forma parte de una gira que recorrerá más de veinte ciudades, pero el coruñés será el único que dé en Galicia. El artista cogió una bandera gallega que le arrojaron desde el público y la puso sobre el piano.