Las placeras del mercado de San Agustín aceptaron ayer la paralización de las obras debido a un informe técnico que les presentó el concejal de Emprego e Economía Social, Alberto Lema, que desaconseja "seguir adelante" con los trabajos iniciados en las instalaciones durante el mandato del PP. "Estamos bastante cabreadas porque el mercado necesita reformas y está vacío. La mayoría votó que no se siga con las obras porque nos dicen que hay problemas de seguridad. Nos aseguran que hay defectos graves en la construcción y que Patrimonio no autorizaría que se continuase con ellas", explica la portavoz de las afectadas, Ángela Barrán.

La representante de las placeras, no obstante, se negó, al igual que la semana pasada, a firmar el documento de renuncia a las obras que le exigió el concejal, que se reunió ayer al mediodía en la plaza de abastos con una veintena de vendedoras. Barrán anunció que presentará un escrito para pedir responsabilidades "al arquitecto que firmó, a quien licitó y a quien adjudicó" los trabajos. "Tienen que dar explicaciones todos los que visaron el proyecto. Marea se niega a pedir explicaciones, pero nosotras sí que las queremos", advierte la portavoz, al tiempo que asegura que ayer consiguió que Lema "firme por escrito" que el Ayuntamiento, durante los próximos cuatro años, ejecutará las obras que necesita el mercado. "Me negué a firmarle la renuncia a los trabajos. Lo haré mañana, cuando incluya el compromiso de adecentar el mercado, porque necesita muchas reformas", subraya la representante de las perjudicadas.

El responsable de Emprego e Economía Social también garantizó ayer a las placeras que el próximo año pondrá en marcha "actividades de promoción" para atraer a clientes a la plaza de abastos. "Espero que pongan en valor todos los mercados, no solo éste. Necesitamos un proyecto para todos los mercados municipales de la ciudad", demanda Barrán.

El Ayuntamiento explicó ayer en un escrito enviado a los medios de comunicación que el informe del técnico municipal que se opone a que las reformas continúen, advierte que los trabajos "no tienen resueltas las condiciones de accesibilidad del proyecto de hostelería del primer piso". Entre otras "cosas", según indica el Concello, se incluía un vestuario en el bajo, "en un emplazamiento que carecía de sentido por situarse en el pasillo de acceso al supermercado". Las vendedoras afirman que las columnas del inmueble, según les contó Lema, también necesitarían ser reparadas para garantizar la seguridad del inmueble.

Las perjudicadas denuncian que sufren a diario el "mal estado" en el que se encuentran las instalaciones. Así, muestran el suelo y las paredes, repletas de humedades, y las goteras que caen del tejado. "Hace ocho años que no se pinta", recalca Barrán. Además, se quejan de que las obras iniciadas por el anterior Ejecutivo local, ahora paralizadas, se frenaron cuando terminaron la remodelación se tan solo seis puestos. Por tanto, habrá placeras que estrenen instalaciones, mientras que la mayoría deberá continuar su actividad en las antiguas. Los espacios reformados, no obstante, también tienen problemas. De hecho, en algunos ya se percibe óxido; y los desagües, según las perjudicadas, están mal instalados. "A mí nadie me da nada. Está visto que hay que conocer a alguien en el Ayuntamiento. Me llueve encima del puesto y todo sigue igual. Al final, iremos todas a la calle", gritaba ayer una de las vendedoras al terminar el encuentro con el concejal.

La representante de las placeras también reclama que el Ejecutivo local saque a concesión los puestos que están vacíos en los mercados municipales. "En esta ciudad no se mueve nada desde 1998. Parece mentira", asevera Barrán.