El depósito de residuos de la planta de Nostián permanece sin clausurar siete años después de agotar su vida útil y a pesar de que la Xunta autorizó el sellado en noviembre de 2010. En estos cinco años, el Ayuntamiento ha dispuesto de permiso para clausurar el vertedero, en el que se deposita la basura que no puede ser recuperada, y no ha pasado de consignar inversiones simbólicas para un proyecto que no ha acometido. La Xunta, como informó LA OPINIÓN en julio, da ahora un año al Ayuntamiento para ejecutar el sellado, aunque el Gobierno local cuestiona que tenga que ser el Concello y no la concesionaria de la planta el que asuma esta inversión.

La Secretaría Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental emitió el 10 de noviembre de 2010 su conformidad con el proyecto de sellado presentado por la empresa concesionaria de la planta, Albada. Esta actuación se refiere a los vasos del depósito que permanecen sin clausurar, con capacidad conjunta de un millón de metros cúbicos de basura. Ya está sellado el primer vaso, que se llenó en 2001, al año de comenzar a recibir desperdicios, y en el que están depositados 183.500 metros cúbicos de rechazos, denominación técnica de la materia que no puede ser recuperada en la planta. Desde que los tres vasos están al máximo de ocupación, Albada traslada los rechazos al depósito de otro gestor de residuos.

Medio Ambiente exige al Ayuntamiento que presente un documento técnico que recoja la viabilidad actual de ejecutar el proyecto tal cual fue autorizado en 2010. Lo reclama "teniendo en cuenta el tiempo transcurrido sin que se acometiera el inicio de la obra" y ante la posibilidad de que el vertedero sufriera alteraciones respecto al momento en que se diseñó el sellado, "especialmente las referidas a los asentamientos" de los vasos. "En el caso de que no se dé esta viabilidad, deberán presentar el proyecto modificado", advierte la Xunta.

Cinco años después de emitirse la autorización, la gestión municipal del sellado se ha limitado a esporádicas inyecciones presupuestarias que no se han llegado a ejecutar. En 2011, el año siguiente a que la Xunta emitiera su autorización, el Ayuntamiento, entonces con gobierno de PSOE y BNG, presupuestó 312.500 euros, con previsión de destinar otros 1,6 millones en cada uno de los dos años siguientes.

Socialistas y nacionalistas abandonaron el Ejecutivo sin dar más pasos para cumplir la normativa medioambiental que exige el sellado de los vertederos una vez agotada su vida útil. El PP tomó las riendas del Ayuntamiento en junio de 2011 sin licitar tampoco la obra y la retiró del presupuesto municipal en 2012 y en 2013. En 2014, consignó 60.000, con dos millones en cada uno de los dos ejercicios posteriores. Para este, ha dotado el sellado con 50.000 euros y la proyección de 3,47 millones el próximo año. Ni en 2014 ni en 2015 avanzó en la clausura del vertedero más allá de su aparición en el presupuesto y la dejó en herencia al nuevo Gobierno local, de Marea Atlántica.

La Consellería de Medio Ambiente da al Ayuntamiento un plazo de un año para sellar los dos vasos de residuos. Así lo ha establecido en la resolución por la que, en julio pasado, otorgó la autorización ambiental integrada a la empresa Albada para el funcionamiento de la planta de residuos de Nostián, a la que trasladan sus basuras no solo A Coruña sino también Abegondo, Arteixo, Bergondo, Betanzos, Cambre, Carral, Culleredo y Oleiros. Cada año estos nueve municipios envían a la planta unas 170.000 toneladas de basura. Según los datos del Ayuntamiento de A Coruña, se recupera el 44%, por debajo del 65% con el que Albada logro la concesión de la planta de basura.

Medio Ambiente resolvió exigir el sellado al Ayuntamiento y no a la empresa, como había establecido inicialmente, tras estimar la alegación de Albada, que reclamó que "esta actuación queda fuera del alcance de la concesión" y corresponde a la Administración municipal. El actual Gobierno local cuestiona los argumentos admitidos por la Xunta a Albada, aunque admite que "el sellado del vertedero de rechazos hay que hacerlo de modo veloz", declaró el pasado domingo la concejala de Medio Ambiente, María García, en una entrevista en este diario.

"Lo que está en entredicho -argumentó la edil responsable de Medio Ambiente- es la responsabilidad [del sellado]. La legislación de residuos establece que es de la entidad explotadora de ese vertedero. Lo que entendemos es que la Xunta marcó ese plazo y nos cargó a nosotros la responsabilidad en una autorización que le estaba concediendo a la planta. Nosotros alegamos que hay que sellarlo, pero hay que dilucidar quién se encarga".