Unas turistas coruñesas se quedaron ayer estupefactas cuando se percataron de que, delante de ellas, paseaban plácidamente los jóvenes herederos al trono de Dinamarca. Las vecinas de la ciudad están de visita estos días en el país del norte de Europa y decidieron visitar uno de sus imponentes castillos. Y allí, en medio de la nada, estaban el príncipe Federico y su esposa, Mary Donaldson, sonrientes, disfrutando de un plácido paseo. Las turistas no dudaron en sacar sus cámaras e inmortalizar el momento. No todos los días se está al lado de unos príncipes. A buen seguro que será una de las anécdotas del viaje.