Aunque un local de hostelería esté cerrado puede ser útil en pleno aguacero. Sobre todo si dispone de un toldo para cubrir la terraza. Tuvieron suerte algunos turistas que ayer por la mañana paseaban bajo la lluvia por la calle Estrella, en la zona de vinos. Los locales estaban cerrados, pero para evitar mojarse en su paseo cogieron unos sillas colocadas en el exterior del establecimiento, debajo de los toldos extendidos, y se sentaron a esperar a que escampara. Una vez cesó la lluvia salieron de sus refugios para continuar explorando los encantos de la ciudad en una entrañable mañana lluviosa de pleno verano.