La sociedad Hércules de Armamento SL, a la que el Ministerio de Defensa adjudicó la gestión de la fábrica de armas hace menos de un año, intenta garantizar su continuidad y sanear sus cuentas. El Registro Mercantil ha anotado, según publicó ayer en su boletín, la realización de una operación acordeón: el capital social se reduce a cero y simultáneamente se realiza un aumento del mismo. En este caso el incremento del capital ha sido de 610.000 euros, la misma cifra que tenía anteriormente.

La reducción del capital social se realiza para sanear las cuentas, normalmente cuando se producen pérdidas notables.

Si la sociedad quiere continuar en funcionamiento porque considera que puede mejorar su situación en el futuro, necesita aumentar el capital con nuevos fondos, que pueden aportar los socios actuales, con derecho de suscripción preferente, u otros nuevos.

Al realizar un aumento de capital los socios actuales pueden suscribir acciones para mantener el mismo porcentaje de participación si están en disposición de acudir a dicha ampliación; si no, podrían cambiar los porcentajes de propiedad de la empresa.

La ley exige que esta operación sea aprobada por la junta general de accionistas, con plena justificación, para evitar que se use solo para cambiar los porcentajes de los accionistas.

Esta operación acordeón que acaba de anotar el Registro Mercantil fue anunciada hace un mes por uno de los socios fundadores del proyecto de Hércules de Armamento, Juan José Gómez, cuando impugnó la última junta de accionistas, celebrada el pasado 3 de junio.

Gómez declaró entonces que esa operación acordeón se efectuó para expulsarle como socio y que quedase el actual director, Ramón Mejuto, con el control de la firma.

Fuentes próximas a Ramón Mejuto apuntaron que este, tras formalizarse la operación, quedaba con el 100% de las acciones. Juan José Gómez había solicitado el pasado mes de junio una auditoría contable de Hércules, del último ejercicio, por "no estar conforme" con el resultado.

La compañía también anunció el mes pasado que pronto entraría en el accionariado de un grupo inversor español relacionado con la industria civil.

Preveía también que este mes de agosto se incorporasen doce exalumnos de dos ciclos de Formación Profesional de A Coruña (fruto de un convenio) tras hacer prácticas en Pedralonga a principios de año, y contratar a más de un centenar de nuevos empleados a partir de octubre.

Desde algunos sectores se apuntó la intención de Hércules de Armamento de producir un tipo de pistola de diseño totalmente original.

La propia sociedad confirmaba el mes pasado que ya estaba produciendo componentes para la multinacional gallega Urovesa (vehículos especiales) y la española Indra (tecnología), y que en los próximos meses comenzaría a montar en las instalaciones coruñesas camionetas para uso civil fabricadas por una multinacional italiana de la automoción.

Hércules nació con el objetivo de "continuar con la tradición de la factoría en la elaboración y desarrollo de componentes altamente especializados no solo para el sector armamentístico sino también profundizar en actividades orientadas al sector civil, especialmente en la automoción o en el sector aeronáutico.

Los extrabajadores de la fábrica de armas, cuando aún la gestionaba General Dynamics que cerró en 2012, también cuestionaron las cuentas de la empresa y llegaron a denunciar que carecía de actividad tras su adjudicación el pasado septiembre, algo que la entidad siempre negó. El Ministerio de Defensa también afirmó que no tenía tconstancia de ningún incumplimiento.