El verano de 2014 registró un significativo repunte en la ocupación hotelera en la ciudad: hasta un 85%, siete puntos más que el año anterior, el mejor de Galicia. Las temporadas estivales que habían sucedido al Ano Santo Xacobeo de 2010 no habían sido tan rentables para el sector, castigado por la contención en el gasto a la que la crisis económica abocó a muchos españoles desde su brote en 2008. Este verano los resultados son más entusiastas que el pasado año, como aseguran cargos responsables de hoteles coruñeses consultados por este periódico. Todos, a la espera de que concluya el mes de agosto, superan esa cumbre reciente del 85%.

"No creíamos que íbamos a tener un verano tan bueno desde hacía bastantes años", resume Santiago Nargánez, el director del hotel AC A Coruña. "La gente sale más de la burbuja y viaja más, ya no tiene tanto miedo a gastar y constata que viajar es un placer", opina Neus Serra, subdirectora del Hesperia Finisterre, para explicar el incremento de clientes en 2015. Que julio y agosto -la temporada alta del verano- mejorarán las cifras de ocupación de los años anteriores es algo en lo que coinciden todos los profesionales consultados.

A Coruña atrae, seduce, gusta, y los viajeros y turistas vienen o vuelven. ¿Por qué? Por el clima, por la gastronomía, por las fiestas, por los precios competitivos, por una buena promoción mediática de la ciudad. Son algunas respuestas que ofrecen los profesionales. "Si se vaticina buen tiempo, tenemos reservas de última hora", cuenta un empleado del hotel Attica 21. "Nos dicen que en el resto del país hace más calor y que aquí están mejor", resaltan desde la recepción del Eurostars Ciudad de La Coruña. "Los clientes repiten porque les encanta la comida", aportan desde el Finisterre. "Tuvimos muchas reservas en los días fuertes de las fiestas, cuando hubo conciertos", dicen fuentes del hotel Zenit.

En gran parte de estos 60 días no hubo habitaciones disponibles en hoteles, las reservas se hicieron con más antelación y las cancelaciones fueron contadas. Los alojamientos que han querido compartir con este diario sus cifras provisionales de ocupación en estos dos meses la sitúan en el 86% o en el 88% o en el 92%; quienes reservan esta información no dudan en asegurar no obstante que este verano "ha sido mejor que el anterior".

Otra razón que parece demostrar que la ciudad agrada a sus visitantes y que contribuye a aumentar su ocupación hotelera es el crecimiento de la estancia media de los clientes. Tanto en hoteles de cuatro estrellas como de dos, las familias que viajan prolongan el tiempo que pasan en A Coruña y sus alrededores. "La gente llega más desahogada y pasa de estar tres noches a quedarse cuatro o cinco", cuenta Serra, del Hesperia Finisterre. "Dos semanas y hasta casi un mes", como ocurre en el Ciudad de La Coruña.

La ciudad sigue atrayendo más a turistas nacionales que extranjeros, aunque los británicos se han dejado ver más que otros años, admiten desde el AC. En periodo veraniego son más habituales las familias de tres o cuatro miembros, con la edad de los padres comprendida entre los 30 y los 40 años.

A punto de acabar agosto las grandes cadenas se frotan las manos al echar un vistazo a sus reservas y a las previsiones para los próximos meses. La ocupación seguirá al alza, aunque cambiará el tipo de cliente y desde septiembre volverán a los hoteles aquellos que visitan la ciudad para asistir a congresos o actos empresariales.