Desde el 1 de julio, fecha en la que entró en vigor la reforma del Código Penal que tipificó el furtivismo como delito en vez de falta, se ha registrado un solo caso en aguas coruñesas. La modificación legislativa atendía a las reclamaciones que durante años hicieron las cofradías de mariscadores, pero el colectivo que faena en la ría de O Burgo señala que será la dureza de las primeras sentencias judiciales la que marque el camino y ponga o no freno a la esquilma ilegal de la costa.

En los últimos dos meses, solo un furtivo fue sancionado en el área de la ciudad. El hombre fue localizado en la Torre de Hércules a finales del mes pasado con 18,5 kilos de percebes. Es uno de los treinta imputados por furtivismo en Galicia desde que entró en vigor la reforma del Código Penal. El presidente de la Cofradía de mariscadores a pie, Manuel Baldomir, conoce la existencia de imputados por este delito. Se muestra cauto y a la espera de ver las decisiones del magistrado en el momento de dictar sentencia. En su opinión, el fallo del juez marcará un precedente para frenar el furtivismo con mayor eficacia. El presidente sí confirma una reducción en el número de furtivos en la ría de O Burgo desde que entró en vigor esta reforma. "Vemos que algún día bajan dos personas", explica Baldomir.

El responsable de la cofradía aclara que no creen que la ría de O Burgo sea una buena referencia para ver los efectos de la ley. La zona lleva mucho tiempo con poca producción, por lo que no saben si la falta de furtivos se debe a esto o la tipificación como delito.

La cofradía ve la reforma como un freno a esta práctica, aunque no sepan si será el motivo de la escasez de furtivos en la ría. El presidente piensa que el éxito de esta reforma residirá en las sentencias que dicten los jueces a los casos de furtivismo como el del coruñés imputado, porque, en el escenario anterior, los sancionados debían pagar una multa que algunos eludían al declararse insolventes. El responsable opina que la Consellería de Medio Rural e do Mar y las fuerzas del orden hacen los suficiente por poner freno a este problema.

Las sanciones pueden variar, desde las meramente económicas hasta penas de seis meses o dos años de cárcel. Factores como la reincidencia, el banco marisquero, los objetos utilizados o la temporada serán cruciales para dictar sentencia.

El presidente apunta que temen por la lentitud de la Justicia a la hora de dar su veredicto, una situación que podría animar a que los furtivos sigan atacando las reservas, al ver que las consecuencias tardan en llegar. El mariscador expresa que se sentirán tranquilos al ver que se sentencia cárcel para estos casos y luego se cumple la condena.

Baldomir se pregunta si las cárceles se llenarán de furtivos, ya que "hay muchos" en Galicia. Podría ser que los jueces viesen las horas de trabajo social como una condena más deseable para estas personas y dejar la prisión para casos de reincidencia. "Todo depende de lo que el juez estime oportuno en ese momento", resume el responsable con cierta preocupación. La cofradía estará pendiente de los casos que se resuelvan en los siguientes meses, como el de A Coruña, para comprobar la efectividad de esta reforma penal.