La planta de tratamiento de residuos de Nostián recibió en julio la autorización ambiental integrada sin que el Ayuntamiento emitiera el informe al que está obligado por ley para certificar que la instalación es compatible con el planeamiento urbanístico. La concesionaria de la planta, Albada, solicitó el dictamen el 27 de marzo de 2014 al Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, que disponía de un mes de plazo para redactarlo. Pero no lo hizo, según consta en la resolución de la Xunta que otorga el permiso ambiental a la planta de basuras.

En aplicación de la Ley de Prevención y Control Integrados de la Contaminación, Albada reclamó el 27 de marzo del año pasado el informe municipal para presentarlo como documentación anexa a su solicitud de autorización ambiental. Según esta normativa, en vigor desde 2002, el Ayuntamiento debía emitir el informe en treinta días como máximo, por lo que disponía de plazo hasta finales de abril de 2014. Un año y tres meses después, la Consellería de Medio Ambiente otorgó la autorización sin que constara la emisión del informe.

La legislación exige que, en caso de que el Ayuntamiento no emita el documento, como sucedió en este caso, la solicitante de la autorización ambiental integrada presente la petición de dictamen. Ese documento fue el que recibió la Xunta el 15 de abril de 2014 en la solicitud de Albada.

Pasado un año y tres meses, la Consellería de Medio Ambiente resolvió conceder la autorización ambiental a la empresa que gestiona la planta sin que se incorporara el informe urbanístico municipal. "A fecha de esta resolución, no consta la emisión de dicho informe", expone el departamento autonómico en su autorización, firmada el 7 de julio. Tampoco el Gobierno local actual conoce la existencia de este informe. Albada, según fuentes de la empresa, no ha obtenido respuesta a la solicitud del informe de compatibilidad urbanística.

Cuando la planta de tratamiento de residuos sólidos de Nostián entró en funcionamiento en el año 2000, estaba en vigor el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) aprobado en 1998. El año pasado, cuando Albada comenzó a tramitar la autorización ambiental integrada de las instalaciones, ya era plenamente efectiva la revisión del planteamiento de 2013. El nuevo plan reserva 122.591 metros cuadrados entre la planta de basuras y la refinería para la ampliación de las naves de tratamiento de residuos, con un coste estimado de 22 millones de euros.

El depósito de residuos de Nostián permanece sin clausurar siete años después de agotar su vida útil a pesar de que la Xunta autorizó el sellado en noviembre de 2010. Desde entonces, el Ayuntamiento ha dispuesto de permiso para clausurar el vertedero, en el que se deposita la basura que no puede ser recuperada, y no ha pasado de consignar inversiones simbólicas para un proyecto que no ha acometido. La Xunta, en su autorización ambiental a Albada, da un año al Concello para ejecutar el sellado, aunque el Gobierno local cuestiona que tenga que ser el Ayuntamiento y no la concesionaria de la planta el que asuma esta inversión.