La libertad de horarios comerciales de la que se pueden aprovechar todos los locales de menos de 300 metros cuadrados de la ciudad y que desde el pasado 1 de enero también se extiende a los que tienen una superficie mayor en las zonas de afluencia turística durante cuatro épocas del año ha animado a muy pocos propietarios a abrir en domingos o festivos o a aumentar las horas de trabajo en lo que va de 2014. La gran mayoría, pese a poder atender a los clientes más tiempo porque se lo permite una ley autonómica y desde enero también el Estado, abrieron y cerraron de acuerdo con sus horarios de costumbre y descansaron en días no laborables, según confiesan los propios comerciantes.

Las tiendas y negocios de las zonas monumentales de la Torre de Hércules y el cementerio de San Amaro y de la plaza de Lugo y la calle Payo Gómez; las del área céntrica alrededor del Obelisco y del museo de Bellas Artes; y las de la zona de las playas de Riazor, Orzán y Matadero, mantuvieron sus horarios habituales en Carnaval, Semana Santa y desde el 15 de junio, cuando empezó el periodo veraniego de libertad comercial.

Así lo confirman portavoces de asociaciones del sector. "Lo que fue más común en esas fechas fue abrir al mediodía. Solo algún comercio de artículos específicos como souvenirs para turistas abrió en domingo o festivo", matiza Antonio Amor, presidente de la Federación Unión de Comercio Coruñesa y portavoz de la zona Obelisco.

Algunos de estos negocios se localizan en la plaza de María Pita o en sus alrededores, la única zona declarada de gran afluencia turística por parte del Concello dentro del área monumental en la que algunos comercios sí abrieron todos los días y hasta cuando sus dueños quisieron en esos periodos concretos del año, como admite el presidente de la Asociación de Empresarios y Comerciantes de la Ciudad Vieja, Adolfo López.

El resto de propietarios de tiendas comenta que la poca demanda pese a la presencia de turistas, la negativa a ampliar horarios y abrir en festivos de las cadenas con comercios de más de 300 metros cuadrados o la lejanía de algunas zonas del centro de la ciudad influyeron a la hora de hacer uso de la libertad horaria, por eso muchos prefirieron mantener los cierres como siempre.

"Los negocios de toda la vida en Zalaeta, Monte Alto y calle de la Torre siguen con sus horarios, no les afecta el horario libre, que solo siguen los bazares chinos", dice Miguel Ángel Rosende, de la Asociación de Empresarios 15002.

"Si Zara no tira, los demás menos. Zara y sus tiendas cerraron en domingo en la zona de la plaza de Lugo y todas las demás también. Ni siquiera abrió Fnac", cuenta Belén Chaver, presidenta de los comerciantes de Distrito Picasso, que fue muy crítica con el Ayuntamiento porque el anterior Gobierno local excluyó de la zona de libertad horaria la mayoría de los comercios del Ensanche.

"Señalaron como zona turística las playas, pero a efectos de comercio, el entorno de Riazor, Rubine, Alfredo Vicente y hasta Náutica está muy dejado. Por allí no pasan turistas, y menos a comprar", admite Neli Rey, de la Asociación de Comerciantes de Riazor.

Amor cree que a la mayoría de empresarios no le compensa abrir más tiempo para pagar más a empleados o perder descanso y asegura que "la presencia de turistas de paseo o en restaurantes no significa que haya más ventas en el comercio". "Vamos mejorando, pero a cuentagotas", concluye.