Los mariscadores de la ría de O Burgo aprovecharon ayer "una de las mejores mareas del año" para salir a faenar y capturaron la mitad de lo que marca el límite legal marcado para cada profesional. De almeja cogieron, de media, tres kilos y medio -el tope está en siete en sus tres variedades, babosa, fina y japónica- y cinco kilos de berberecho -el máximo está en diez por trabajador y día-.

El presidente de la Agrupación de Mariscadores a Pé, Andrés Pena, explicó ayer que, a pesar de que la marea había sido favorable, porque había bajado mucho, no había sido posible capturar más marisco por las malas condiciones del estuario. "Somos 50 mariscadores y, cada vez, hay menos sitio para trabajar", denunció el presidente de la agrupación.

Hay buenas mareas y hay buenos precios, pero hay poca cantidad de marisco para poder llegar al tope de las capturas. Los profesionales lograron vender ayer la almeja fina (grande) a 20 euros, dos euros menos que en el mes de agosto; la babosa (mediana) a trece euros y la japónica a 5,50. El berberecho alcanzó un precio de cinco euros.

Los mariscadores esperan ahora que las toxinas y otros episodios contaminantes les permitan faenar los doce días que tienen marcados en su calendario de explotación para este mes.

Y es que, durante el primer semestre del año la ría estuvo cerrada hasta en cuatro ocasiones, tres por los altos niveles de hidrocarburos registrados en el estuario -hubo un paro de quince días en febrero, otro de un mes entre marzo y abril y otro entre abril y mayo- y, la otra, que duró dos semanas, por la presencia de toxina diarreica. Los mariscadores solo pudieron faenar la mitad de los días que tenían marcados y perdieron la campaña de Semana Santa. Pidieron ayudas a las administraciones, que no les fueron concedidas.

Los mariscadores exigen el dragado de la ría de O Burgo para que vuelva a ser un estuario con gran capacidad productiva. En los años ochenta trabajaban en A Pasaxe más de mil mariscadores, aunque, para entonces, la superficie productiva era del 80% y no del 19%, como actualmente. Y es que los lodos, en algunos puntos de la ría superan el metro y medio de altura, por lo que cierran el paso a las corrientes y hacen que el estuario se tapone y quede con partes en las que no es posible el desarrollo del marisco.