El desacuerdo sobre cómo se iban a colocar unas instalaciones eléctricas en su edificio llevó a un vecino del Barrio de las Flores a prenderle fuego al presidente de la comunidad, según sostiene la Fiscalía. El Ministerio público acusa al procesado de un delito de intento de asesinato y de otro de lesiones psíquicas, por los que reclama que sea condenado a 20 años de prisión.

El imputado, siempre según el relato del fiscal y de la acusación particular, ejercida por el letrado Diego Reboredo, del despacho de José Ramón Sierra, acudió sobre las 19.00 horas del 2 de septiembre de 2014 a casa de su vecino, que residía en el piso inferior al suyo, para preguntarle por las obras que se iban a realizar en el edificio. El procesado se oponía a las reformas, por lo que comenzó a discutir con la víctima, quien le invitó a abandonar su domicilio.

"El acusado, en las horas siguientes, acudió a diferentes lugares para contar lo que le había pasado con su vecino y, al no darle la respuesta que él quería, fue surgiendo en él la idea de que tenía que causarle algún quebranto en su integridad física", describe el fiscal en su escrito de calificación, en el que asegura que, tras darle el alta en el hospital Universitario, sobre las 01.00 horas del 3 de septiembre de 2014, se dirigió a la gasolinera situada en las inmediaciones del centro médico y compró "varios litros de gasolina" y un mechero.

Una vez que adquirió el material, fue hacia su edificio. Al llegar, sobre las 01.50 horas, llamó insistentemente al portero automático de la vivienda de su vecino, al tiempo que le gritaba: "¡llegó tu hora, voy a quemarte el piso!", "¡baja, musculitos, llegó tu hora!", "¡te voy a quemar la casa, voy a prenderte fuego y a tu mujer también. Te voy a matar!", según informa la acusación particular. El perjudicado se negó a bajar a la calle, tal y como le exigía el procesado, al tiempo que le pedía que se tranquilizase. Al percatarse de que su vecino no accedía a su requerimiento, abrió el portal del inmueble, subió a la casa de la víctima y roció con gasolina todo el suelo que da a la puerta de su vivienda, así como la zona del pasamanos, y se agazapó en las escalera. "Mi mandante, al ver que se encendía la luz del pasillo y al comprobar por la mirilla que alguien estaba subiendo hacia su planta, decidió abrir la puerta para intentar tranquilizar a su vecino", subraya la acusación particular, quien recalca, al igual que la Fiscalía, que la víctima resbaló con la gasolina que había en el suelo y se cayó. En ese momento, el procesado encendió el mechero y prendió fuego al combustible.

La mujer del perjudicado, que se quedó "totalmente vencido y envuelto en fuego", logró "salvarle la vida" al apagar con un mantel y una colcha las llamas de su cuerpo. Su vecino, después de provocar el incendio, se ausentó del lugar y, al encontrarse con otro residente en el inmueble le espetó que ya había hecho "lo que tenía que hacer". La víctima sufrió quemaduras de segundo grado que le alcanzaron las piernas, los brazos y la cara, y que le afectaron al 15% de la superficie corporal total. Para su curación necesitó intervenciones quirúrgicas, injertos en diferentes partes del cuerpo, intubación por el síndrome de inhalación, ventilación mecánica, oxígeno, curas, ansiolíticos, rehabilitación, presoterapia, terapia psicológica y antidepresivos. El fiscal indica que en sanar tardó 150 días, de los cuales 30 permaneció ingresado en el hospital; y 45 estuvo incapacitado para realizar sus tareas habituales. Como secuelas le quedaron cicatrices y un trastorno por estrés postraumático. Su esposa también requirió terapia psicológica y ansiolíticos durante 30 días.

La Fiscalía, además de 20 años de cárcel, reclama que el imputado, que permanece en prisión provisional por estos hechos, indemnice a las víctimas con 78.900 euros y que le prohiban acercarse a ellas durante la pena de cárcel que le impongan más nueve años. La acusación particular exige que sea sentenciado a 35 años de prisión y a pagarles a las víctimas 123.900 euros por los daños que les causó.