La empresa concesionaria de la recogida de basuras en la ciudad celebró elecciones el pasado martes. Solo se presentaban dos listas, la de STL, encabezada por el presidente del comité de empresa de Cespa, Miguel Ángel Sánchez, y la de la CIG. Finalmente, el reparto de los trece puestos del comité se dividen entre once miembros para STL y dos para la CIG.

-El Sindicato de Trabajadores de la Limpieza (STL) ha revalidado su posición en el comité de empresa de Cespa.

-Sí, solo por seis votos no sacamos doce miembros de los trece que tiene el comité. El 90% de la plantilla nos ha dado su apoyo incondicional y nos transmite que el peso en la negociación del próximo convenio, que finaliza este año, lo tenemos nosotros.

-¿Están negociando el convenio o todavía no han empezado?

-Empezaremos en noviembre a negociarlo. Son convenios muy duros porque Cespa-Ferrovial son duros adversarios. Intentaremos llegar a un entendimiento sin conflictos. Es el primer reto, que es duro y crucial. Después está el final de la concesión, que se acaba en 2017. El contrato de la limpieza viaria y de la recogida de residuos urbanos saldrá a licitación y puede haber opciones de que no se presente la misma empresa, con lo cual está claro que tendremos que estar ojo avizor. No sé cuál va a ser la postura del nuevo Gobierno local en este sentido y en el de la implantación de las nuevas tecnologías. Mañana [por hoy] mantendremos una reunión con la concejal de Medio Ambiente, María García, para hablar de estos asuntos, como de otras problemáticas que existen en nuestro entorno laboral.

-¿Cómo les afecta la aplicación de recursos tecnológicos?

-Ahora mismo tenemos una plantilla de 410 trabajadores y, si implantan los camiones de carga lateral, eliminan dos puestos de trabajo en cada camión.

-¿Cómo son esos camiones?

-Como los que utiliza el Consorcio As Mariñas, que puede cargar un conductor solo un contenedor. El PP y el PSOE lo llevaban en su programa. Marea Atlántica lo dejó caer alguna vez, evidentemente, son más ecológicos y sufre menos el medio ambiente, pero implica una plantilla muy inferior a la que tenemos. Tenemos que saber que son rumores y que no es cierto lo que nos están contando por ahí y cuáles son sus intenciones.

-¿Y qué más problemas le van a trasladar a la concejal?

-Algunos problemas de salubridad que tenemos en las chabolas que hay por la ciudad y en las que se cambian los compañeros barrenderos. Queremos comunicarle también que subimos en el apoyo que nos prestan los trabajadores, ya que pasamos de diez a once representantes. Y vamos también a ver qué nos cuentan en el Concello.

-¿Pedirán entonces que se les tenga en cuenta a la hora de redactar el pliego de condiciones de la próxima concesión?

-Evidentemente, estamos hablando de un Gobierno que es por y para el pueblo y queremos saber cuál es su impresión de la contrata actual y qué planes tienen para la próxima concesión y que nos tengan en cuenta porque somos las personas que les podemos decir dónde están los problemas. Está muy bonito que vengan técnicos de seis contratas a explicar cómo harían el trabajo, pero que después, hay casos en los que no son efectivos. Hay requisitos que se pidieron en anteriores pliegos que llevan a una peor limpieza y recogida. Si tienen gente especializada que lo haga bien, pues nosotros, cuanto menos nos metamos, mejor.

-¿Qué modificaciones introducirían en el nuevo pliego?

-Que hubiese más entrada de personal. Parece un tópico de sindicalista barato, pero no lo es, la mano de obra humana es la que realiza un servicio adecuado para la ciudad. La maquinaria es un apoyo, solo eso. Los medios humanos fueron elevados por la nueva dirección de Ferrovial-Cespa en un pacto con la central STL hasta un máximo permitido por el pliego de condiciones. Si el convenio capa el medio humano, pues tenemos un problema. Nosotros expresamos nuestra colaboración con el Gobierno local y con las empresas que se quieran presentar para que salga beneficiada la ciudad.