El 2015 está siendo un año calmado para los servicios de emergencias de la ciudad, al menos en cuanto a actuaciones en los arenales. Desde que comenzó la sesión estival y hasta el 31 de agosto, el número de intervenciones realizadas en las playas por incidentes como picaduras, traumatismos o desapariciones de personas cayó un 23,56% con respecto a 2014 y un 38,4% en comparación con 2013.

Aunque la tendencia general es a descender, hay ciertos sucesos, como los rescates a bañistas en el agua, que se dispararon en dos años, pasando de 17 intervenciones de los socorristas en 2013 a 33 este verano, casi el doble. A diferencia de los rescates en el mar, las asistencias por desapariciones de personas -principalmente menores- en los arenales han caído un 55%, pasando de 27 a 12.

Por playas, Riazor ha sido la que más incidentes registró en 2015, con 219 casos, seguida del arenal de Oza, con 213, y de Orzán, con 180. Es esta última playa en la que las incidencias han descendido más con respecto a años anteriores. En dos años, las intervenciones de los servicios de emergencia cayeron un 53,7%, muy lejos de los datos registrados en el arenal colindante de Riazor, donde cayeron un 17% desde 2013 o del de Oza, con un descenso del 16,4%.

El equipo de salvamento que vigiló -y vigilará hasta el miércoles- la actividad en las playas de estuvo compuesto por 31 socorristas, 8 patrones de embarcación, dos jefes de playa, dos médicos, diez enfermeros, dos técnicos de emergencias sanitarias y un coordinador.

Antes del 15 de junio, fecha en que comenzó la actividad de los socorristas, los bomberos estrenaron el 2 de junio en Riazor su unidad de rescate marítimo para rescatar a un bañista que había quedado atrapado por la resaca.