Pepón Nieto es a la vez uno de los productores y uno de los autores de la comedia de enredos El eunuco, basada en un texto del romano Terencio y que se estrenó el año pasado en el festival de Mérida. Este viernes a las 20.30 horas interpreta al general Fanfa en el teatro Colón.

-¿Cómo plantearon la adaptación de esta obra?

-Es una adaptación felizmente libre. Mantiene el espíritu de la comedia grecolatina, en la que el texto era un pretexto para montar una fiesta. Nosotros queríamos montar una fiesta, trufarla de canciones y coreografía. Hay personajes nuevos, nombres y situaciones inventadas? Es un vodevil, con muchas persecuciones y nueve personajes enloquecidos buscando el amor.

-Terencio era popular en la Edad Media, se le sigue representando... ¿Es universal?

-Los clásicos son así. Fíjate en que la psicología actual está basada en los dramas, la tragedia y los grandes mitos griegos. La vida ya está contada desde hace 2.000 años.

-El vestuario de la obra es totalmente atemporal.

-Es muy atemporal y heterogéneo. Pero no solo en el vestuario, también en la música. Las canciones son muy distintas entre sí pero hay un leitmotiv fijo que compacta y tenga un sentido muy claro.

-¿Cuál es el papel que desempeña la música?

-El espectáculo arranca con casi una hora en la que no hay ni una nota musical, y de repente los personajes empiezan a cantar y todo se convierte en un musical. Es una apuesta del director y es así como lo ha querido montar. A mí me gusta porque son canciones que no solo ilustran la historia, sino que la avanzan y hacen que las letras tengan un sentido real.

-¿Qué reto le planteó el personaje de Fanfa?

-Es un personaje muy distinto a todo lo que he hecho, muy de composición. Yo no sé hacer la comedia sino es desde la verdad. Yo no soy contador de chistes, no soy cómico, por eso no me dedico a hacer monólogos, no sé hacerlos. Me tengo que respaldar en la ficción en un personaje, creérmelo y partir de la verdad del personaje. Siempre he trabajado así. Y en esta función también, solo que el personaje está muy, muy alejado de mí, con una forma de hablar distinta a cómo hablo yo. El personaje no parte de una emoción mía sino de la escritura y de una composición casi de clown. Basándome mucho en los trabajos de payaso. A mi personaje y al de Pelotus, mi criado, si les pones una nariz roja son clowns.

-¿Cómo es la evolución de su personaje?

-Yo creo que es el personaje que más evoluciona. Es el que busca el amor en un sitio equivocado. Está todo el rato en la función porque hay muchas escenas corales, pero en las cuatro o cinco escenas propias cambia completamente. Tiene un arco muy interesante para cualquier actor.

-Incluso en la obra original hay personajes muy reconocibles, como la madame

-Es todo muy arquetípico, es también una apuesta. Pero trabajando desde algo muy reconocible. Es muy arquetípico el criado que enreda, que cuida de dos hermanos que ya no tiene padre pero que hace las veces de padre, hermano, protector y consejero, el de Parmenón que interpreta Jorge Calvo. Es muy arquetípico pero que, desde la escritura, tiene mucha verdad. Creo que todos los personajes son muy reconocibles en cualquier situación, también en la actual.