Unos vecinos de Os Mallos reconocieron haber golpeado a su hija desde que tenía 11 años, entre 2009 y 2014. "También la insultaban diciéndole 'desgraciada', 'eres una mierda', 'nunca vas a llegar a nada", relata la sentencia, en la que se condena a los padres a la prohibición de acercarse a la niña, tutelada actualmente por los servicios sociales, o comunicarse con ella durante 3 años y 9 meses. Los acusados, que reconocieron los hechos, fueron penados con un año y nueve meses de cárcel por cometer un delito contra la integridad moral; y con 60 días de trabajo en beneficio de la comunidad. Además, deberán indemnizar a su hija con 7.800 euros por las heridas que le causaron, las secuelas y el daño moral que sufre.

La agresión que sentó en el banquillo de los acusados al matrimonio sucedió el 12 de marzo de 2014 en el domicilio familiar, situado en la calle Ramón Cabanillas, en Os Mallos. El haber faltado a la academia donde hacía un curso de peluquería fue el motivo que esgrimieron los imputados para agredir a la niña.

La sospechosa admitió ante el juez que conminó a su compañero sentimental para que golpease a su hija con una cinta de goma elástica de las que se utilizan para jugar a la comba, tal y como había hecho durante los últimos cinco años. El condenado le pegó con la cinta por todo el cuerpo durante más de media hora.

Mientras, la madre de la niña, que entonces tenía 16 años, le tapaba la boca para intentar callar sus gritos. Cuando su padre paró, la mujer cogió la goma y continuó agrediendo a la adolescente. En la vivienda también estaba la otra hija menor del matrimonio, que tenía 12 años, quien se percató de la paliza. La víctima sufrió lesiones por todo el cuerpo y requirió asistencia médica. En curar de las heridas que le provocaron sus padres tardó 16 días y como secuelas le quedaron "varias limas enrojecidas con longitud entre 2 y hasta 10 centímetros", según la sentencia. El juez destaca que la niña, como consecuencia de las agresiones, presenta "un cuadro de alta ansiedad, baja autoestima, baja estabilidad e impulsividad, precisando de ayuda psicológica".

El representante del Ministerio público reclamaba en su escrito de calificación más pena para los sospechosos, pero finalmente llegó a un acuerdo con el abogado de la defensa y aceptó rebajar la condena. Los imputados, de esta forma, reconocieron los hechos y evitaron ingresar en prisión, ya que el castigo de cárcel impuesto es inferior a dos años y carecen de antecedentes penales. Contra el fallo judicial no cabe recurso porque fue dictado con la conformidad de todas las partes implicadas en el caso.