Pablo Iglesias y Xosé Manuel Beiras eligieron El Ensanche, un barrio conservador y con mayoría de voto de derechas, para tomarse un café. En cuanto entraron en el local fueron el objetivo de las críticas de unas señoras que conversaban en unas de las mesas. Eso sí, tras mirarlos con recelo y murmurar, no dudaron en ejercer de máximas fans. Se acercaron a su mesa y se fotografiaron con ellos.