La concesionaria de la fábrica de armas, Hércules de Armamento, cumplirá en quince días el primer aniversario desde que el Ministerio de Defensa convirtió a la compañía en adjudicataria. Durante estas dos semanas tendrá que cumplir con su compromiso laboral de contar con 155 empleados luego de un año.

El reto no es sencillo para los tiempos que corren. Hércules, que hasta el momento solo cuenta con 46 empleados directos, tendría que contratar en un plazo de dos semanas a 109 operarios. La empresa asegura que le dan las cuentas y que la mano de obra llegará para trabajar en los pedidos industriales que ya tiene comprometidos. Más dudas tienen los empleados vinculados a UGT despedidos de la antigua fábrica en junio de 2013. El presidente del antiguo comité de empresa, Roberto Teijido, no se cree las promesas de Hércules y asegura que la empresa se encuentra en situación de "quiebra técnica", algo que niegan desde la compañía. "Ninguna empresa seria de este país hace eso si no tiene acuerdos firmes. No nos creemos que vaya a contratar a más de 100 trabajadores en quince días", afirmó ayer.

Teijido hizo estas declaraciones en la concentración que celebraron ayer a las puertas de la Delegación del Gobierno. Los exoperarios piden al delegado, Santiago Villanueva, que lleve a cabo los trámites posibles para investigar a Hércules, a quien acusan de haber cometido un delito de "falsedad documental". "Esto es todo una gran farsa y una gran mentira del Ministerio de Defensa, que va a especular con los terrenos después de decir a la opinión pública, una vez el proyecto fracase, que se intentó todo, pero no pudo ser", arremetió el expresidente del comité.

La compañía recibió la notificación de Defensa de que se convertiría en la nueva adjudicataria de la planta a inicios de octubre de 2014. Desde entonces, la empresa asegura que se ha dedicado a conseguir los permisos administrativos requeridos para la fabricación de productos así como a diseñar una nueva pistola modular que ya estaría registrada en la Oficina de Patentes y Marcas, lista para comercializarse.

La empresa asegura que los ocho precontratos iniciales comprometidos en el momento de la adjudicación se han "transformado en realidad" e indican que en las naves ya se trabaja en la fabricación de motores y transmisiones para el sector de la automoción, de prótesis para el médico y de ahorradores de energía para el sector eléctrico.

En un año, la composición de los propietarios de la empresa ha sufrido cambios. El proyecto contaba inicialmente con Ramón Mejuto y Juan José Gómez como socios, pero este último abandonó el accionariado después de una operación acordeón -una maniobra financiera realizada para sanear las cuentas y que consiste en reducir el capital social a cero y simultáneamente aumentarlo-, lo que convirtió a Mejuto en socio único. Desde la compañía aseguran que nuevos fondos han entrado en el capital de la empresa desde entonces aunque no han querido revelar su identidad.