La Universidade da Coruña (UDC) inicia el debate interno sobre la reestructuración de su red de facultades. La comisión que se encargará de elaborar una propuesta de racionalización de los centros, integrada por los decanos y directores de escuelas, estudiantes y representantes del Personal de Administración y Servicios, se reunió el viernes por primera vez. A partir de ahora los debates continuarán todos los viernes cada dos semanas.

La comisión aún se encuentra en fase de discutir cuestiones metodológicas sobre su funcionamiento interno. Aunque la propuesta que se presentará finalmente todavía no ha comenzado a definirse, el equipo de Gobierno del rector Xosé Luís Armesto ha ofrecido a los miembros de la comisión documentación sobre procesos de reestructuración similares llevados a cabo por otras universidades, como la de Oviedo, Alcalá, País Vasco, la canaria de La Laguna o Edimburgo.

La UDC cuenta con 15 facultades y escuelas en el campus coruñés mientras que en Ferrol tiene seis. Habría que sumar les los tres centros adscritos de Turismo, Enfermería y Relaciones Laborales que también tiene vinculación con la institución. El tamaño no dista mucho del de la Universidad de Alcalá, uno de los ejemplos que la comisión empleará como inspiración en su plan. En este caso, centros como el de Turismo, Ciencias Económicas o Empresariales se fusionaron en una única facultad, al igual que la Escuela Técnica Superior de Arquitectura o la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica, que se integraron dando a luz a una única Escuela de Arquitectura.

De acuerdo con los informes que han sido entregados a los miembros de esta comisión, y a los que este diario ha tenido acceso, en instituciones como la de Alicante, facultades como la de Derecho absorbieron a la Escuela de Relaciones Laborales, mientras que en Oviedo centros vinculados a la rama sanitaria, como Fisioterapia y Enfermería, se convirtieron en una única facultad.

En Euskadi, que cuenta con una única universidad para toda la comunidad, se apostó por un sistema de agrupación de centros en base a ramas de conocimiento: Ciencias Experimentales, Ciencias de la Salud, Ingeniería y Arquitectura, Artes y Humanidades, Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales y Educación.

El equipo de Armesto había puesto sobre la mesa en junio una propuesta que contemplaba la unificación de la Escuela Universitaria Politécnica con la Escuela Politécnica Superior -ambas en Ferrol-, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura con la de Arquitectura Técnica y Aparejadores, de la facultad de Ciencias da Comunicación con la de Sociología, así como de la Escuela de Fisioterapia con la de Terapia Ocupacional.

El plan generó una fuerte oposición por parte de profesores y alumnos de estos centros, que aludían a que la unificación de los equipos directivos generaría un ahorro muy reducido y en cambio tendría efectos negativos sobre la docencia. Además, criticaron no haber sido consultados sobre este proceso. En el Consello de Goberno del 30 de junio, el secretario general de la Universidad, Carlos Amoedo, manifestó que nunca hubo "una voluntad firme de fusionar nada", pese a que los responsables de los centros implicados interpretaron lo contrario, lo que obligó al equipo rectoral a dar marcha atrás y convocar esta comisión específica.

La puesta en marcha de un proceso para fusionar centros surgió en coincidencia con las dificultades económicas de la Universidad, aunque el rectorado alega que su origen es la necesidad de efectuar una reorganización de la estructura de la institución, ya que en sus 25 años de existencia nunca hubo un plan director de sus centros y departamentos.

El trabajo de la comisión vivirá por el medio un cambio del equipo de Gobierno universitario, ya que se celebrarán previsiblemente elecciones la primera quincena de diciembre. Armesto ya confirmó que no se presentaría a la reelección y, por el momento, el nombre de los contendientes es una incógnita.

Desde la plataforma Nova Luce, que respalda al actual rector, se desconoce quién tomará el relevo mientras que la oposición no se sabe si se presentará de manera unificada. Sin embargo, fuentes de la actual dirección universitaria aseguran que el proceso de reestructuración difícilmente podrá paralizarse tras el cambio en el Rectorado ya que, asumen, es una propuesta que "comparten" todas las partes.