El presidente de la Agrupación de Mariscadores a Pé de la ría de O Burgo, Andrés Pena, explicó ayer que los trabajadores han detectado un grado elevado de mortalidad en las almejas que recogen en el estuario.

Pena desconoce la causa de la muerte de estos ejemplares, ya que todavía se están realizando análisis para saber si se debe a que las aguas están muy calientes, a la aparición de un parásito, a las toxinas, a la contaminación acumulada en el fondo de la ría, a los vertidos de hidrocarburos o a que los lodos tapan los canales de agua y las almejas no consiguen los nutrientes necesarios para poder alimentarse.

La ría de O Burgo está cerrada desde la semana pasada, ya que los análisis realizados revelaron que el marisco tenía toxina lipofílica. Los mariscadores prevén que no podrán faenar, por lo menos, hasta el próximo lunes, 5 de octubre, cuando reciban los resultados de los exámenes de las especies que viven en O Burgo. Denuncian que no consiguen cubrir los gastos de su trabajo.