Pablo Ruibal forma, junto con Ramón Pérez, Julia Cea y Víctor Illán, el grupo coruñés La Xácara, dedicado a revivir las tradiciones musicales española e italiana de los siglos XVI, XVII y XVIII. La formación actúa hoy a las 19.00 horas en el Conservatorio Superior de Música en el concierto solidario gratuito Música X Siria, con el dúo Bacewícz, O Pequecoro, Os 2 de Sempre +1 y Pablo Rodríguez.

-¿Qué es lo interesante del repertorio de esta época?

-En realidad son repertorios bastante diferentes, por la diferencia de tiempo entre el XVI y el XVIII. Es un repertorio buenísimo, por descubrir, pero además extensísimo. Que a veces en los conservatorios no se puede trabajar, porque requiere medios especiales, sobre todo instrumentos. Nos motivó poder cultivar este repertorio más lejano en el tiempo pero muy atractivo a nivel estético.

-¿No resulta difícil encontrar las partituras?

-Desde hace años hay ediciones de música antigua, y estudios reglados en algunos sitios. En A Coruña se está impartiendo clave, y en Pontevedra existe una especialidad de música antigua con cuatro o cinco instrumentos. Está más extendido que cuando la cosa empezó hace unos veinte años, y no es difícil encontrar partituras. Pero a veces hay que adaptar cosas. Y es mejor trabajar con las fuentes originales para no tener intermediarios y estar más en contacto directo con lo que el compositor quería decir.

-¿Los textos que hacen son música popular, sacra...?

-Nos ceñimos al repertorio para voz y acompañamiento. Fundamentalmente es repertorio profano, que tiene que ver en algunos apartados con la música popular. Aunque no sea propiamente música popular, ya que esta no se escribe, sí que tiene bastante de popular. El nombre del grupo deriva de una danza popular española del siglo XVII.

-Tocan instrumentos antiguos como la viola da gamba, el clave, la vihuela o las guitarras barroca y de cuatro órdenes. ¿Cómo los consiguen?

-Ahora mismo los instrumentos que tenemos fueron construidos todos en Galicia, menos el clave, y el mío, aunque tengo otros hechos en Galicia. La guitarra de Víctor está construida en Padrón? Se pueden conseguir instrumentos, pero hay que invertir. Y el aprendizaje no está tan reglado como el de otras músicas, o al menos no lo estaba en nuestra época. Yo, después de estudiar guitarra, empecé con la viola da gamba con profesores particulares, un poco autodidacta?

-¿En la música del XVI al XVIII se aprecia cómo se erigen los fundamentos de la clásica?

-El sentido evolucionista a veces no funciona, y ves música más compleja más atrás. Pero sí que se ve en la construcción de los sistemas y de la tonalidad, ahí se contempla este avance o evolución. Y a veces tocamos obras del siglo XVIII, música casi preclásica. Pero en general seguimos un repertorio más anterior, más sencillo a nivel de recursos.

-¿Son fieles a la partitura o introducen experimentación?

-La diferencia entre el texto y la interpretación es que esta época era mucho más libre de lo que lo es partir del clasicismo, de Mozart, Haydn. A partir de ahí se escriben todos los ornamentos y el compositor dice exactamente lo que quiere que haga el intérprete. En los textos antiguos no está todo escrito y se deja al intérprete bastante margen a la hora de realizarlo, a partir de un esquema que hay que desarrollar. No sabemos cómo se desarrolló en realidad, y en ese sentido toda música antigua tiene experimentación. Lo que le falta en cantidad de notas hay que añadírselo en la interpretación.

-¿Estas notas a mayores de la partitura las añaden en escena, improvisando, o las incorporan antes con arreglos?

-Es más bien eso último. Se planifica, más que improvisar en escena como se haría en el jazz. Que sería muy divertido y se puede hacer, pero en este tipo de música no se sabe exactamente cómo, así que mejor ser prudente y escribirlo. Pero el arreglo es fundamental. Y la cantante se ciñe al texto y canta en castellano o italiano antiguo.

-¿Cómo son los instrumentos que toca usted en este grupo, la viola da gamba y la guitarra de cuatro cuerdas?

-La primera es un instrumento de cuerda frotada, de una familia diferente al violín y con seis cuerdas. Es como un laúd o una guitarra frotada con arco. La guitarra de cuatro órdenes es un antecesor de la guitarra moderna, del Renacimiento. Tiene siete cuerdas divida en cuatro órdenes, casi como un ukelele. Antes había tantos tipos de guitarra, de cuatro órdenes, de seis...