El comité de empresa de Alvedro pidió ayer más frecuencias para los vuelos de Bilbao y de París para que sean más productivos. Los trabajadores reclamaron también inversiones para mejorar la aproximación de las aeronaves en la cabecera sur, la más alejada de la ría de O Burgo, ya que en la actualidad la maniobra de acercamiento a la pista se hace sin ayudas, solo con la visión directa del piloto, una situación que provoca desvíos y que reduce el número de pasajeros que, durante todo el año, pasan por Alvedro.

El presidente del comité, Justo Pérez, explicó ayer, en su reunión con el Grupo Municipal Socialista, que los datos indican que, por primera vez en tres años, Alvedro puede cerrar el ejercicio con más de un millón de pasajeros, la cifra que se marca como frontera antes de pasar a un "terreno peligroso". Pérez recordó que tiene intención de reunirse con los demás grupos de la oposición durante estos días.

Representantes de los trabajadores mantuvieron también una charla con el concejal de Emprego, Alberto Lema, en la que le pidieron que "siga apostando" por el aeródromo. "Le vimos poco ambicioso", declaró ayer Pérez, aunque aseguró que comparte la idea de la colaboración entre los tres aeropuertos gallegos en situación de "equidad" y siempre y cuando prime el criterio de la "demanda".

El comité considera que los números de Alvedro mejorarían si se reestructurasen los horarios de las rutas de Bilbao y de París. Critican que las frecuencias que se ofrecen no son adecuadas ni para las personas que viajan por negocios, ya que no permiten ir y volver en el mismo día, ni para las que hacen turismo, ya que, por ejemplo, la de París solo opera los martes, y una semana no es el tiempo medio que pasan los viajeros en la ciudad, según explicó ayer Pérez. Proponen que haya dos idas y dos vueltas diarias a Bilbao, al menos tres días a la semana, y dos conexiones semanales para París. Pérez defiende que, a pesar de los malos horarios, Alvedro cuenta con buenos datos de ocupación.

Los trabajadores proponen para mejorar la operatividad de Alvedro, la implantación de otro destino internacional en la oferta y la puesta en marcha de una de las reclamaciones históricas del colectivo, la tercera frecuencia a Barcelona. El director de Alvedro, Jesús Campo, aseguró a mediados de septiembre, que no se le estaba sacando todo el partido posible a este destino que, cada año, mueve unos 200.000 pasajeros, pero que podría llegar, según sus cálculos, a los 250.000.

El director de Alvedro y el comité de empresa difieren, sin embargo, en las ayudas al aterrizaje. Campo defendió el mes pasado que se están haciendo estudios minuciosos para saber qué sistema es el más apropiado para mejorar la situación de la cabecera sur. "Vende humo, es la misma respuesta que tenemos desde hace diez años", explicó Justo Pérez, que defiende la instalación de satélites para ayudar a la aproximación a la pista y negó conocer los estudios que se están realizando en este sentido. Los trabajadores se posicionaron ayer a favor de los satélites por ser un sistema más moderno, "más preciso, más barato", algo que les hace pensar que las aerolíneas preferirán operar en aeropuertos que cuenten con este método que con el ILS, que es el que se instaló en la cabecera norte para facilitar la maniobra de aterrizaje en condiciones adversas.

El portavoz municipal del PSOE, José Manuel Dapena, aseguró ayer, que su partido le pide al Gobierno local que defienda los intereses de Alvedro y de la ciudad. "Si no lo hace, nos tendrá enfrente", amenazó Dapena, que pidió más infraestructuras y más vuelos para el aeropuerto.