El informe sobre el estado de las instalaciones de la EDAR Bens tras ser recibidas reveló deficiencias como la del emisario (que se reparará en noviembre) y carencias: solo hay una subestación eléctrica, así que si hay una avería (por ejemplo, cae un rayo, como ya ocurrió), se para todo el proceso de tratamiento durante horas. La Confederación Hidrográfica no instaló las otras dos subestaciones previstas (una cuesta 400.000 euros), aunque sí dejó el espacio para ellas. Y la que hay ni está cubierta, por lo que se oxidará más rápido. Tampoco el diseño de la planta es el más adecuado: en lugar de piscinas circulares, las más eficientes, son rectangulares porque sino era necesario más espacio, es decir, más desmonte, muy costoso.