Tras el pleno de investidura del pasado 13 de junio, la relación entre Marea Atlántica y PSOE en la Corporación se ha caracterizado más por la turbulencia que por la buena sintonía. El momento más crítico llegó el pasado 15 de septiembre, cuando después de días de negociaciones los socialistas tumbaron la modificación del presupuesto, que la Marea urgía a aprobar y que llevaba a pleno por segunda vez. El motivo: haberse alterado el acuerdo que habían alcanzado al incluirse, con el único voto a favor del BNG, 30.000 euros para Igualdade.

A raíz de esta votación, uno y otro bando se regalaron acusaciones más propias de enemigos políticos que de aliados por necesidad. El alcalde, Xulio Ferreiro, criticó airadamente a los socialistas por intentar "chantajear" al Gobierno local. El portavoz del PSOE, José Manuel Dapena, reprochó a los concejales de Marea "no ser personas fiables". La tensión de ese pleno y de los días posteriores obligó al propio Dapena a tener que aclarar ante los medios que, por el momento, la moción de censura no era una opción para los socialistas. "Cuando llegue esa hipótesis la valoraremos, esperemos que la cordura vaya por delante", afirmó.

Pero tras aquella tempestad llegó una cierta calma que ha reconducido la relación entre Marea y PSOE hacia aguas menos tensas. Además de decaer los enfrentamientos abiertos en las redes sociales, el rebautizo de la plaza de Millán Astray como Praza das Atochas el pasado 8 de octubre dio pie a simbólicos abrazos entre los concejales de uno y otro grupo. Las buenas palabras de Ferreiro hacia los socialistas por el trabajo realizado en el pasado para poder retirar del callejero las referencias a la dictadura tuvieron como respuesta el agradecimiento del PSOE, que también valoró el inicio del cambio de placas impulsado por el actual Ejecutivo.

Las críticas entre una Marea necesitada de los socialistas para sacar adelante algunos de sus proyectos y de un PSOE obligado a elegir entre la complicidad con Ferreiro o un Concello en manos de la derecha rebrotaron la pasada semana, al convocar los de Dapena la comisión de Xustiza Social -una de las que presiden- para tratar el plan de rescate social que en el último pleno del 5 de octubre se aprobó con los votos de PSOE y PP. El alcalde cargó por este gesto y acusó a los socialistas de "querer gobernar" desde la oposición. "Para eso, que se presenten a las próximas elecciones y que las ganen", arremetió.

El tenso tira y afloja de las últimas semanas llevó a la Marea a hacer concesiones para alcanzar otros entendimientos. Los de Ferreiro accedieron a presentar de nuevo en el pleno de esta tarde la modificación del presupuesto que habían pactado con el PSOE, para cuya aprobación deberán votar en contra de los tres votos particulares que presentarán PP y BNG, dos de ellos relativos a la devolución de la paga extra de los funcionarios, que el Gobierno local promete abonar durante el próximo 2016.

La sesión extraordinaria de hoy también aprobará la nueva composición del Tribunal Económico Administrativo Municipal (TEAM). En contra de su criterio, ya que defendían "despolitizar" el organismo, la Marea finalmente accederá a permitir la presencia en el mismo del secretario de Organización socialista, Isidro Frías, al entender que su aprobación es "urgente" para aprobar las ordenanzas fiscales.