Antes incluso de que reciban a sus primeros clientes, los promotores de Pelícano, el proyecto empresarial que se instalará en Los Cantones Village, ya tienen un reto ante sí: convencer al Gobierno local de que su propuesta es la adecuada para revitalizar ese recinto, que languidece desde hace años y en el que solo los cines y los establecimientos hosteleros de la planta alta son capaces de generar negocio.

Tras la concesión ayer por la Junta de Gobierno Local de la licencia a El Pelícano Galicia para reformar el interior del edificio y llevar a cabo en el mismo la actividad de sala de fiestas y discoteca, el alcalde, Xulio Ferreiro, declaró que su equipo de gobierno ya expresó a los empresarios responsables del proyecto que no cree que sea "la alternativa ideal para este espacio". El regidor aclaró, no obstante, que la iniciativa presentada es legal porque cumple todos los requisitos exigidos por el Concello.

"No podemos obstruir iniciativas privadas que sean legales porque nos gusten más o menos", destacó Ferreiro, quien añadió que, a pesar de todo, los técnicos municipales volverán a comprobar el proyecto "minuciosamente" antes de conceder la licencia de obras para asegurar que todos los elementos que aparezcan en el proyecto constructivo "lo estén en la realidad".

Pese a que la licencia solicitada es para una sala de fiestas y discoteca, los impulsores de Pelícano han anunciado que su idea es abrir una sala de conciertos con capacidad para 3.000 personas, en la que se ofrecerían toda clase de actuaciones musicales en directo. Los empresarios Luis Diz, Juan Carlos Rodríguez Cebrián y Gonzalo Lorenzo -promotores de esta iniciativa- proyectan además organizar cenas espectáculo y bailes para la tercera edad en este recinto, al que el Ayuntamiento exigirá realizar un simulacro de evacuación antes de su apertura ante el elevado número de personas que pueden llegar a reunirse en su interior.

La sala de conciertos, cuya construcción tendrá un coste de 1,1 millones de euros y una duración de diez meses, ocupará parte de la planta baja y de la primera del edificio, pero será solo la primera fase del proyecto, en el que se incluyen otras dos propuestas. Una de ellas es un espacio gastronómico en el que habrá un mercado de productos gallegos ya preparados, con puestos regentados por hosteleros coruñeses. También figuran en la iniciativa actividades divulgativas a cargo de cocineros gallegos de prestigio y jornadas culinarias.

Los niños son los destinatarios de la tercera área de negocio que integra el proyecto, ya que se prevé la instalación de un parque temático infantil de 2.000 metros cuadrados en el que se desarrollen juegos con carácter formativo en los que también puedan participar los padres. El complejo dispondrá además de una guardería que haga posible la estancia de los pequeños mientras sus padres acuden a otras zonas del recinto, en el que también se dejarán libres 800 metros cuadrados ante la posibilidad de que Comar se vea obligado a trasladar allí el Casino Atlántico cuando termine su concesión en los bajos del Hotel Atlántico.

Las cifras globales del proyecto aportadas por los promotores -entre 5 y 10 millones de euros de inversión y la creación de 300 empleos- puede ser una de las armas con las que traten de convencer a Marea Atlántica de la idoneidad de su propuesta, que se materializaría en un principio en el plazo máximo de un año.