La celebración del centenario de la creación de la Policía Científica en Galicia fue conmemorada la semana pasada mediante una exposición realizada en el Sporting Club Casino. El jefe de la brigada coruñesa que se dedica a esta actividad destaca la trascendencia que tiene para el esclarecimiento de toda clase de delitos.

-La evolución de la Policía Científica habrá sido enorme a lo largo de un siglo.

-Evidentemente, los cambios han sido muchos, ya que en sus orígenes no era más que la reseña de los detenidos, pero con el paso del tiempo se ha ido ampliando hasta casi todo y a donde no llegamos podemos acudir a la Universidad para que nos auxilie. Al tiempo que avanza la ciencia, la policía va detrás lentamente, ya que tenemos pocos recursos pero mucha ilusión. Simplemente con la fotografía podemos ver la evolución que se ha producido, ya que hasta no hace mucho tras la inspección ocular del escenario de un delito nosotros mismos hacíamos el revelado de las fotos y durante mucho tiempo en blanco y negro, cuando hoy con las máquinas digitales hacemos centenares de fotos.

-¿Ha habido que convencer a lo largo del tiempo de la importancia de la Policía Científica?

-No se trata de convencer, pero está claro que las limitaciones económicas son las que son. Evidentemente, hubo que pelear, pero los trámites administrativos son lentos y a veces hay en el mercado un producto que se puede comprar libremente y a nosotros nos llega con retraso. Pero es igual que en cualquier otro sector de la Administración, aunque los mandos de la policía siempre fueron muy sensibles con la Científica.

-¿Qué porcentaje de casos contribuye a resolver este departamento?

-No podemos decir que hagamos inspecciones oculares de todos los lugares donde se cometen los delitos, aunque procuramos ir a la mayoría. Hay que tener en cuenta que algunas de estas inspecciones son de trámite por cuestiones de seguros, ya que los hechos sucedieron hace cierto tiempo y entonces las posibilidades de éxito son pocas, aunque aun así se va. Yo creo que los resultados son satisfactorios, aunque habría que analizar si los recursos son los adecuados, ya que se utilizan los mismos para todo tipo de delitos y es posible que en algunos casos no fuese necesario utilizar tantos recursos.

-Habla de los seguros, pero cuando se habla de Policía Científica siempre se piensa en asesinatos.

-Es así, pero afortunadamente en Galicia los crímenes son pocos y esperemos que sean menos todavía. En esos casos uno se vuelca un poco más, pero el día a día no es eso, sino los robos en vehículos o establecimientos, que llevan mucho trabajo, ya que el policía que hace la inspección no se fija un tiempo para hacerla, sino que le dedica el que cree necesario.

-¿Qué es lo más difícil en su labor en la investigación de un crimen?

-Saber leer el lugar de los hechos. Cuando la policía llega a un lugar lo primero que hace es acotarlo para preservarlo y luego nosotros tenemos todo el tiempo del mundo para hacer la inspección con meticulosidad y cariño para recoger todo lo que ha quedado. Porque siempre queda algo y hay que saber interpretarlo. Podemos tener buenos laboratorios de biología y de química o los mejores expertos en dactiloscopia, que si el compañero que hace la inspección no es capaz de recoger esa muestra, todo lo demás no procede, por lo que lo más importante es hacer la inspección ocular con método y rigor. Yo digo también con el cariño y el mimo que solo el buen profesional sabe poner en la investigación.

-Para eso será necesario formar también a los policías que llegan primero al lugar de los hechos.

-Sin duda, lo primero es el auxilio a las víctimas y lo segundo preservar el lugar de los hechos de cualquier ataque o destrucción de las pruebas.

-Cuando vemos actuar a policías científicos en series de televisión y películas, ¿hasta qué punto la ficción se corresponde con la realidad?

-A veces mucho y a veces casi nada. La gran diferencia es el tiempo, porque en una serie todo se resuelve enseguida, cuando a nosotros puede llevarnos meses. Ellos le dan a una tecla y ya tienen al momento el resultado de unos análisis, cuando eso no es verdad, ya que lleva un tiempo determinado. Y lo mismo sucede con las huellas dactilares, ya que le dan a un botón y les sale a quién pertenecen, pero eso no es verdad, ya que primero hay que ver si la huella es adecuada, la máquina nos da una serie de candidatos y luego siempre es el perito quien confirma que esa huella corresponde a una persona. Y eso lleva su tiempo, al igual que el análisis informático, que requiere de muchísimo tiempo. Los procedimientos son más o menos los mismos, aunque en algunos casos exagerados al llevarlos a la televisión, pero el mismo material que se ve en series como CSI lo tenemos nosotros en nuestro laboratorio, aunque el de balística es más rudimentario.

-¿Les beneficia la existencia de estas series?

-Desde el punto de vista de la imagen no nos perjudica y de hecho mucha gente quiere ingresar en la Policía Científica directamente, aunque nosotros les explicamos que primero hay que hacerlo en la policía y luego, cuando haya plazas, en la Científica.

-¿Cómo actúa la Policía Científica en casos de crímenes tan desagradables como los ocurridos en A Coruña en los últimos años?

-El cariño que se pone en esas investigaciones es el mismo que en otros, aunque sean desagradables en sí mismos, como el de los gemelos de Monte Alto. Pero las peores investigaciones son en las que no hay un resultado positivo, aunque no quiere decir que se hayan olvidado, como vimos que sucedió por parte de la Guardia Civil con el crimen de Algete. Que el ciudadano esté tranquilo, porque la policía no descansa. En A Coruña tenemos algún caso en el que seguimos trabajando desde hace tiempo en busca de nuevas pistas y aunque hay algunos que están sin resolver desde hace mucho, siguen abiertos hasta que se resuelvan.