Un juez decretó ayer la puesta en libertad con cargos de los cuatro coruñeses detenidos el pasado martes por, presuntamente, elaborar tabaco ilegal y venderlo por internet. Los procesados, que distribuían la mercancía en A Coruña y en algunas otras localidades de España, tenían su centro operativo en una nave situada en Cabana de Bergantiños. El pasado 26 de octubre agentes de la Guardia Civil interceptaron la furgoneta en la que viajaban porque les llamó la atención que el vehículo se desviase hacia una nave que, en teoría, estaba vacía.

Al percatarse de la presencia del coche de la Guardia Civil, dos de los ocupantes de la furgoneta huyeron a la carrera, pero fueron alcanzados por los agentes, quienes descubrieron que en el interior de las instalaciones ocultaban 1.272 kilos de hoja de tabaco seco, cuyo valor en el mercado asciende a 150.820 euros, según fuentes de la investigación. Además, los sospechosos almacenaban paquetes preparados para ser enviados a través de una empresa de transporte, que es la que habitualmente utilizaban para hacer llegar el tabaco de contrabando a sus clientes.

Los funcionarios comprobaron que tanto la mercancía como la manipulación que realizaban de ella carecía de autorización o registro, por lo que procedieron a la detención de los cuatro sospechosos, dos hombres y dos mujeres de edades comprendidas entre 25 y 44 años. Los investigadores sospechan que los imputados por un delito de contrabando se dedicaban a vender, a través de internet picadura de tabaco a granel. Los guardias civiles también intervinieron en la nave dos básculas de pesaje, máquinas picadoras de distinto tamaño y un ordenador. Dos de los arrestados ya habían sido imputados hace unos meses por hechos similares.

Los detenidos prestaron declaración ayer ante el juez que instruye el caso, quien decretó su puesta en libertad con cargos. El presunto cabecilla de la organización se negó a testificar, mientras que los otros tres sospechosos alegaron que estaban dados de alta en la Seguridad Social y que se dedicaban a empaquetar tabaco en una empresa que creían que era legal y que contaba con todos los permisos necesarios para desarrollar esa actividad. Los imputados relataron ante el magistrado que ejerce las funciones de guardia que recibían las hojas, que las trituraban, humedecían y enviaban los paquetes a sus clientes. Los agentes, sin embargo, mantienen que eran conscientes de la actividad delictiva que realizaban.

La Guardia Civil se incautó en septiembre del año pasado, en una operación similar, de 1.160 kilos de tabaco ilegal. En esa ocasión, los funcionarios detuvieron a tres personas. El operativo policial se desarrolló en el marco de la denominada operación Humo, que culminó con el arresto y registro domiciliario en una vivienda de Carballo, donde se encontró el tabaco elaborado y listo para su venta y distribución. Los agentes también intervinieron diferentes tipos de maquinaria utilizada para la elaboración y envasado del producto. Además del tabaco a granel decomisado, los agentes localizaron varios paquetes de pequeño tamaño envasados para su venta. El encarecimiento de los cigarrillos, según los investigadores, hace del tabaco de liar un nuevo material de contrabando.