El vaticinio efectuado por el arquitecto Luis Collarte, autor del proyecto urbanístico de la Marina, se cumplió, puesto que el pavimento de la calzada de esta avenida sufrió roturas que obligaron ayer a la Autoridad Portuaria a retirar algunas de las losas de granito deterioradas por el paso de los vehículos y a cubrir los huecos con asfalto.

El organismo cuantificó los daños en el enlosado en tan solo unos 2 metros cuadrados y explicó que la decisión de verter aglomerado asfáltico se tomó como solución de urgencia ante el inicio de un puente festivo para evitar problemas de seguridad en la circulación. Según el Puerto, "en cuestión de días" se instalarán las nuevas losas en los lugares donde se produjeron las roturas.

Fuentes de la Autoridad Portuaria atribuyeron los desperfectos en el pavimento al excesivo tráfico que soporta en comparación con el que debería tener, ya que se planificó para que solo canalizara la circulación del transporte público, los vehículos de servicios y los residentes en la Ciudad Vieja. Pero la prolongación de las obras del túnel, que deberían haber terminado esta primavera, al igual que las de la superficie, obliga a que aún continúen pasando camiones de construcción, a los que el Puerto responsabiliza mayoritariamente de estos destrozos. Los responsables portuarios no mencionan sin embargo el intenso tráfico de autobuses del transporte público que se produce a diario por este tramo y que debería estar previsto, puesto que no existe una alternativa para su paso por esta zona.

En una entrevista concedida a este diario el pasado mes de septiembre, Luis Collarte expresaba su sospecha de que en el pavimento de la Marina se apreciarían "roturas en poco tiempo" debido a la escasez del material empleado para rellenar las juntas entre las losas. El arquitecto responsable del diseño de este espacio restó sin embargo importancia a este problema al considerar que se soluciona mediante el simple cambio de las losas dañadas.

El enlosado ocupa solo un pequeño tramo de la calzada construida entre Puerta Real y la Autoridad Portuaria, ya que desde el primer punto hasta la parte posterior del Teatro Rosalía se instaló una superficie lisa que suscitó las críticas de los conductores de la Compañía de Tranvías, quienes advirtieron de que este pavimento es deslizante y genera problemas de frenado, lo que supone un riesgo en esta zona. Los chóferes recuerdan que en el futuro se retirarán las vallas que separan en la actualidad el tráfico de los peatones tras la supresión de las aceras, por lo que la posible irrupción de personas en la calzada representa un peligro que exige a los autobuses frenar en las mejores condiciones posibles.