Ánimas en pena desfilaron ayer por la tarde en procesión desde María Pita hasta el Obelisco acompañadas de pequeñas calabazas, brujas y esqueletos. Tampoco faltaron a la cita los gigantes y zancudos, que aterrorizaban a todo aquel que se cruzase en su camino. Los más pequeños ya habían lucido sus disfraces, elaborados artesanalmente en los colegios y centros cívicos, en sus barrios, donde el Ayuntamiento organizó excursiones para que escogiesen los mejores escaparates de Samaín. Los dueños de los establecimientos obsequiaron con regalos a los niños, que en la avenida de Hércules tuvieron la oportunidad de participar en actividades.

Los premios de la campaña comercial fueron entregados ayer por la tarde en el palacio de los deportes de Riazor, a donde la procesión de la Santa Compaña llegó sobre las 19.00 horas. A su paso, algunos mayores se santiguaban, y otros la seguían camino al gran magosto organizado por el Ayuntamiento en las instalaciones deportivas. Los más pequeños degustaron castañas rodeados de almas, esqueletos, brujas y calabazas.

Centenares de coruñeses optaron por transformarse en zombis en una carpa instalada en el Obelisco gracias al equipo de maquillaje del Festival de Cinema Fantástico da Coruña (FKM) para recorrer por la noche el centro de la ciudad. Durante la procesión de muertos vivientes se celebró el Súper Travesti Coruña, con actuaciones inéditas y un concurso en el que se premió a la mejor transformista. La marcha terminó con la proyección de la película Rocky Horror Picture Show, que este año cumple su cuarenta aniversario, en Los Cantones Village. La fiesta continuó a partir de las dos de la madrugada en el pub Milagro, situado en la calle Cordelería.