La roca se ha librado ya del spray en el castillo de Eirís. El muro que sirvió de lienzo a un grafitero tan solo un mes después de su restauración luce ya limpio de pintadas tras el minucioso trabajo de una restauradora, asegura el presidente de la asociación de vecinos Uxío Carré, Xesús Prado.

"Fue difícil de limpiar porque al ser piedra porosa y no ser liso, los trabajos tuvieron que ser muy minuciosos y con herramientas muy sofisticadas. La mayor parte se hicieron con punzones pequeñitos y con cepillos de dientes", describe el presidente, que conversó con la restauradora y observó los trabajos.

La limpieza se realizó, por encargo del Concello, hace unas tres semanas, calcula Prado, quien espera que el castillo "aguante limpio". "Daba vergüenza verlo. Parece que te caía el alma al suelo", lamenta.