La Real Academia de Ingeniería ha concedido al profesor Héctor Gómez, de la Escuela de Ingenieros de Caminos, el premio Agustín de Betancourt a una trayectoria investigadora, que le será entregado el día 17.

-¿Qué supone recibir este galardón?

-Es una alegría grande, pero sería igualmente feliz sin ningún premio. Cuando vienen, obviamente son bienvenidos, pero cuando no vienen la vida continúa.

-¿Es un aliciente para continuar su carrera investigadora?

-Sí, pero el aliciente de verdad tiene que ser la motivación personal, ya que un premio es muy poca motivación y no es la buena. La buena es querer hacerte entender cosas que los demás no entienden. Los premios son una alegría pero no puedes vivir de ellos, sino de tu interés personal por trabajar mucho y comprender cosas.

-¿Sirven para mejorar la captación de fondos para la investigación?

-Son importantes porque ayudan para captar fondos y que la gente comprenda que la investigación es un trabajo importante y muy complicado, que requiere mucho trabajo y esfuerzo.

-Investiga la aplicación de métodos numéricos al crecimiento de los tumores. ¿No es extraño ver a un ingeniero abordando un tema médico?

-Lo cierto es que la Ingeniería Biomédica existe en todas las universidades de elite del mundo, ya que entre las cien mejores del ranking de Shanghai, que selecciona a las más destacadas, todas ellas tienen esta especialidad, por lo que no es tan raro, aunque en España hay pocas que ofrecen esta titulación.

-¿Cree posible avanzar en la curación del cáncer a través de sus investigaciones?

-No tengo dudas de que en el futuro va a ser así porque cualquier médico va a tener una base de datos extremadamente completa de toda nuestra fisiología y anatomía, así como de que se van a utilizar modelos numéricos para predecir cómo se va a desarrollar una enfermedad. Lo que no sé es cuándo va a pasar para cada tipo de enfermedad, aunque ya hay algunas para las que pasa, como las cardiovasculares, en las que incluso hay empresas que hacen estas predicciones.

-¿En enfermedades tan complejas como el cáncer los modelos tienen que ser diferentes para cada persona?

-Esa es la idea, intentar personalizar más los diagnósticos y los tratamientos para cada persona porque con los datos estadísticos no es suficiente, ya que hay muchísima variabilidad de una persona a otra.

-¿Quién interpreta los datos: el ingeniero o el médico?

-Va a ser una colaboración entre ambos, según creo.

-¿Cómo puede repercutir en la curación del cáncer conocer los modelos de su crecimiento?

-La aplicación más inmediata es intentar conducir al paciente al tratamiento más adecuado según el crecimiento previsto del tumor, de forma que sea más agresivo si es muy rápido. Yo trabajo en la actualidad sobre el cáncer de próstata y puede ocurrir desde que se conviva con él durante 25 años o que en solo dos haya metástasis, ya que es muy impredecible.

-¿Cuál es la reacción de un médico ante la labor en su campo de un investigador de un área tan distinta como la ingeniería?

-Los médicos son gente abierta que se han beneficiado de la tecnología y la ciencia desde hace muchísimos años, ya que la tecnología de imagen médica por ejemplo ha sido una auténtica revolución para el diagnóstico, de forma que hay quien dice que va a ser para la Medicina lo que el microscopio para la Biología o el telescopio para la Astronomía.

-¿Colabora con los médicos para el desarrollo de sus investigaciones?

-Trabajo con varios médicos, fundamentalmente de Estados Unidos para proporcionarnos datos de enfermos anónimos mediante imágenes médicas.

-¿No es posible hacerlo con españoles e incluso coruñeses?

-Hemos recibido en algún caso datos del Centro Oncológico de Galicia, pero nos resulta más fácil de hospitales americanos, aunque no sé cuál es el motivo.