Un juez consideró probado que una mujer fingió una caída en un supermercado en marzo de 2012 con el objetivo de que la empresa le abonase un tratamiento por las supuestas lesiones. El magistrado relata en el fallo que la imputada, tal y como demuestran las cámaras de seguridad, cogió una botella de una estantería y, tras comprobar que nadie la veía, arrojó el líquido al suelo y fingió una caída para hacer creer que se debía a una negligencia del establecimiento. Después, envió un burofax acompañado por un parte médico en el que exigía al supermercado que le pagase un tratamiento de rehabilitación. La acusada fue absuelta al no probarse que la cuantía del tratamiento que demandaba superase los 400 euros, circunstancia indispensable para que incurriese en un delito.