La Policía Nacional detuvo el pasado 31 de octubre a las 02.30 horas a un joven de 36 años que robaba móviles en zonas de ocio. El sospechoso, que ya había sido arrestado por cometer hechos similares, entablaba conversación con las personas que estaban en el exterior de locales y les daba abrazos para distraerlas y hurtarles los teléfonos. Los agentes lo sorprendieron cuando acababa de sustraerle el terminal a un joven, que no se había percatado del robo.