La artista Lola España, que expone en la galería Arte-Imagen su colección pictórica Don't forget me, hasta el próximo miércoles, tiene dos cosas claras tras treinta años creando. Una de ellas es que pinta simplemente porque le gusta, "por el placer de pintar". La segunda es que, en un mundo en el que recibimos "muchas imágenes de todas partes" uno no puede inventar un cuadro de la nada. Hay que empezar por observar, luego "pasas un filtro, y después trabajas".

El estilo de los 27 cuadros que componen Don't forget me es de "realismo mágico" basado en localizaciones vividas por la autora como las del Castro de Oca en Coristanco o el Monte Blanco, pero "pasado por la fantasía". También se incluyen dos instalaciones, una basada en cometas y otra compuesta por dos barcos colgados del techo, en los que se encuentran peces con citas de personajes célebres que hablan sobre "la felicidad y las cosas eternas de la vida".

Cuando empezó a trabajar en el arte, España se especializó en la escultura creada mediante materiales de reciclaje, para realizar "un posicionamiento a favor del medio ambiente". Ahora considera que tiene esa postura tan "interiorizada" que no necesita emplear el arte para recordarla. El proyecto que tiene en marcha y en el que lleva trabajando todo el verano incluye la creación de un jardín, en el que organiza el espacio, planta y crea elementos como estanques y cabañas. Cuando esté más avanzado, planea plasmarlo en un trabajo escrito en el que incluirá tanto fotografías como dibujos.