El presidente de la Academia de la Televisión e impulsor, con otros, de la Sociedad Civil para el Debate, Manuel Campo Vidal, exponía la semana pasada en una entrevista en LA OPINIÓN que, "en España, los pactos se asimilan a bajarse los pantalones, a traición, a entregarse...". Esos mismos días, en A Coruña, se fraguaron dos acuerdos trascendentales en dos instituciones imprescindibles en la ciudad. Uno, el de Marea Atlántica y PSOE para aprobar los impuestos locales, aprobados ayer inicialmente; el otro, el alcanzado entre la Universidade da Coruña y la Consellería de Facenda para que la institución académica salga del atolladero económico que ha vivido este año y que le obligó, durante unos meses, a prohibir cualquier gasto no imprescindible.

El valor de ambos acuerdos, más allá del debate que genere entre defensores y opositores la revisión fiscal del Ayuntamiento, arroja una conclusión esperanzadora: incluso entre quienes parecían enemigos irreconciliables prende la opción del acuerdo. Marea y PSOE recondujeron sus relaciones, enquistadas desde casi el primer momento del mandato, y sentaron las bases de la negociación del presupuesto municipal. La Universidad y la Xunta, enfrentadas en los tribunales por el recurso del Rectorado a la financiación autonómica para los campus, fueron capaces de asegurar el equilibrio económico de la institución académica. Seguro que todos han tenido que ceder en sus pretensiones iniciales para llegar a esos acuerdos. Eso no es más que lo que pedimos los ciudadanos.