La Audiencia Provincial absolvió al jubilado sospechoso de violar a una mujer en la cafetería del centro de mayores del Barrio de las Flores, también conocido como Hogar del Pensionista, en noviembre de 2013. Los magistrados consideran probado que la denunciante, que falleció el pasado mes de febrero, entró en el local a las 21.00 horas, cuando estaba cerrado al público, y le pidió una cerveza al imputado, que trababa como autónomo en el negocio, del que su esposa tenía la concesión municipal. El hombre le sirvió la consumición porque era clienta habitual, pero se negó a prestarle dinero para comprar tabaco.

La mujer, que entonces tenía 62 años, lo siguió hasta la cocina, lo empujó, le bajó el pantalón y mantuvo relaciones sexuales con él. "No consta que la realización de este acto sexual viniese condicionada por el empleo de la fuerza o intimidación por parte del acusado", arguye el tribunal en la sentencia, en la que subraya que la presunta víctima carecía "de señal alguna de fuerza en sus extremidades". Así, indica que si hubiese sido violada, tal y como denunció, los forenses hubiesen detectado en sus muñecas o en los brazos "algún tipo de marca". Los magistrados, además, destacan la ausencia de restos de vómito en la servilleta con semen del procesado que aportó la mujer como prueba. Según su versión, tras ser violada devolvió y se limpió con ese papel.

El acusado, en un primer momento, negó haber mantenido relaciones con la víctima, pero después reconoció que habían sido consentidas. En cuanto al cambio de versión, al alto tribunal provincial defiende que es "plenamente asumible que en un primer momento, no ya solamente por equivocadas razones de defensa, sino por una cuestión plenamente familiar, el acusado negara el contacto sexual".

"Yo me quedé cortado, no sabía lo que había de ser, yo no sé si consentí, no sé si reaccioné. No sé lo que me pasó por la cabeza, nunca me pasó una cosa así", respondió el jubilado durante el juicio cuando el fiscal le preguntó por su reacción. "Nunca abusé de esa señora para nada. Fue ella, yo no", insistió, al tiempo que aseguró que tenían "una relación de amistad desde hacía tiempo" porque la denunciante acudía al negocio "dos o tres veces al día a tomar cervezas". La Fiscalía insistió en su alegato final en que el sospechoso era culpable de un delito de violación por acceso carnal por vía bucal, por el que reclamó al tribunal que le impusiese siete años de prisión y el pago de una indemnización de 18.000 euros a los herederos de la víctima en concepto de daño moral.