El fallo de un medidor de dióxido de carbono instalado en el túnel de María Pita hizo que el paso subterráneo que se prolonga por el de La Marina se cerrase de forma automática al tráfico durante tres minutos, lo que generó pequeñas retenciones de tráfico en ambos extremos del vial. La alarma saltó ayer a las 14.57 horas y a las 15.00 horas se volvió a reabrir, mientras agentes del 092 regulaban la circulación para evitar atascos. En el extremo de Alférez Provisional las colas no llegaron al edificio de Portos de Galicia, mientras que en de la plaza de As Atochas no alcanzaron el colegio de la Grande Obra.