El estudio encargado por el Gobierno local para reformar las actuales líneas del autobús urbano estará terminado en el primer trimestre de 2016, según anunció ayer el concejal de Mobilidade Sostible, Daniel Díaz, quien también anunció que a mediado de la próxima semana volverán a expedirse tarjetas Millennium, cuyo fabricante no las facilita desde hace semanas. El objetivo de este departamento es facilitar los transbordos entre las diferentes rutas mediante la creación de puntos de intercambio de las líneas en los lugares donde exista un mayor número de usuarios.

La iniciativa tendrá también en cuenta la inminente aprobación de la entrada de los autobuses metropolitanos en el casco urbano, una medida que la Xunta está a punto de autorizar, aunque por el momento se desconoce qué lugares serán elegidos para que estos vehículos efectúen sus paradas.

Díaz recordó que Marea Atlántica es partidaria de la recuperación del carril bus en la ciudad, para lo que comentó que el plan de movilidad elaborado por el Partido Popular fue "hecho con miedos a la hora de dar soluciones". En su opinión, la prioridad es cambiar es el modelo de transporte público en A Coruña "sin miedos y sin trabas", por lo que rechazó "condicionantes previos como que no se le dé prioridad física al paso del transporte público", lo que según él "implica que el carril bus tiene que ser una necesidad".

El concejal advirtió sin embargo de que este tipo de vial "no tiene por qué volver a Federico Tapia" y aseguró que su departamento estudia el regreso de las líneas de autobús por las calles Cordonería y Panaderas en su ruta hacia Monte Alto por estimar que el transporte público "tiene que pasar por la espina dorsal de la ciudad".

Sobre las tarjetas Millennium, Díaz garantizó que la próxima semana se recibirán tras los problemas surgidos con su suministro y que se darán en primer lugar a los parados y usuarios del bonobús social. El concejal explicó que no pudieron darse a los afectados tarjetas del transporte metropolitano porque es el mismo fabricante de las Millennium y que también la Xunta sufrió retrasos en el abastecimiento. Díaz apostó por un nuevo modelo de tarjeta de transporte "rígido y robusto" en lugar de otro que incorpore innovaciones tecnológica, ya que cifró entre 35.000 y 40.000 las Millennium que deben renovarse cada año a causa de fallos en su funcionamiento.