El alcalde, Xulio Ferreiro, defendió ayer en Madrid la necesidad de "intentar que el puerto exterior atraiga valor y riqueza a A Coruña" sin "hipotecar urbanísticamente" la fachada marítima de la ciudad "para siempre" con la venta de suelo, una operación a la que, recordó, no se ha recurrido para financiar obras en otros puertos de interés general del Estado. Durante su intervención en Madrid en un acto informativo convocado por Nueva Economía Forum en el hotel Ritz, Ferreiro volvió a cargar contra "la política del ladrillo" al censurar el modelo de financiación previsto en los convenios firmados en 2004 por el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de A Coruña, con Francisco Vázquez como alcalde. Según ese acuerdo, el Puerto venderá los terrenos liberados en la dársena interior tras recalificarlos el Ayuntamiento para obtener recursos con los que costear la obra de punta Langosteira.

"Nos preocupa mucho que para pagar una deuda de la Autoridad Portuaria, ahora, en la huida hacia delante, se pretenda hipotecar urbanísticamente la ciudad para siempre, cambiando su fisonomía, introduciendo barrios en la fachada marítima con cierta exclusividad y que servirían para segregar la población", dijo. Ferreiro aseguró que al Ayuntamiento también le preocupa, "evidentemente", la deuda del Puerto, "a la que se ve abocada por una actuación relativamente irresponsable en años pasados".

Este "problema urbanístico" resulta "suficientemente importante", a juicio de Ferreiro, para afrontar un "debate sereno" que evite que la "presión de la deuda de la Autoridad Portuaria" no condene a la ciudad a "hacer las cosas sin pensar". Ferreiro abogó por "poner sobre la mesa" si el puerto exterior "debe ser financiado a través de la venta y especulación de terrenos en el centro de la ciudad a diferencia de otros puertos de interés general del Estado".

"El puerto exterior es uno de los grandes desconocidos en el estado español a nivel de inversiones, no voy a decir disparatadas, pero sí curiosas -afirmó Ferreiro-. Más de 600 millones de euros en una infraestructura que a día de hoy no es rentable por sí misma. Después se habla del aeropuerto de Castellón, etcétera, pero el puerto exterior de A Coruña, me sabe mal decirlo, sería un ejemplo de cosas que se han hecho, digamos, de forma discutible".

La obra del puerto exterior, fraguada a raíz del desastre ecológico del hundimiento del petrolero Prestige en 2002, "no es rentable por sí misma", advirtió el alcalde, aunque mantuvo la línea que expresó en anteriores ocasiones de que es necesario continuar con la obra e "intentar que ese puerto atraiga valor y riqueza a A Coruña".

Críticas del PP y el PSOE

La reflexión de Ferreiro en Madrid tuvo eco en A Coruña, en los grupos municipales de Partido Popular y PSOE, que censuraron sus palabras. El portavoz popular en el Ayuntamiento, Carlos Negreira, condenó "el nuevo despropósito" del alcalde, al que instó a "rectificar" y a "respetar el esfuerzo y el trabajo de muchas personas que han hecho posible esta importante infraestructura de futuro".

Tanto Negreira como el portavoz municipal socialista, José Manuel Dapena, coincidieron al considerar las palabras de Ferreiro "un desprecio" hacia el proyecto del puerto exterior. Dapena le reprochó "falta de visión de futuro" y presentó como un "error gravísimo" que "denigre esta actuación y la ponga como ejemplo de mala inversión".

Foro empresarial

Ferreiro acudió a Madrid tres meses después de su primera visita como alcalde, entonces para verse con su homóloga en la capital, Manuela Carmena. Lo hacía como uno de los protagonistas del cambio municipal tras el 24 de mayo, en el que las candidaturas de unidad popular lograron hacerse con alcaldías como las de Barcelona, Zaragoza y Cádiz. "Muchos sentimos la necesidad de dar un paso adelante e introducir en los ayuntamientos los criterios de la gente común", recordó ayer el regidor en Smart City. Foro de la Nueva Ciudad, en el que fue presentado por Carmena.

Ferreiro defendió los meses de trabajo de Marea Atlántica en María Pita ante un salón repleto de empresarios y no demasiados políticos, entre los que estaba el portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, José Manuel López Rodrigo, además de varios miembros de la Corporación local madrileña. Entre los empresarios, asistieron el presidente de la Confederación de Empresarios de A Coruña, Antonio Fontenla, y el de la Compañía de Tranvías, José Prada. Carmena introdujo al alcalde como una persona, como ella, "de Derecho, lo que obliga a tener una visión poliédrica y de integración" que hará de Ferreiro "un gran alcalde".

"Desde el primer día cambiamos las reglas del juego", recogió el testigo Ferreiro. El alcalde repasó varias de las iniciativas del Gobierno local, entre las que subrayó las propuestas para implantar la renta social municipal, la humanización de la avenida Alfonso Molina sin la ampliación de carriles prevista inicialmente por el Ministerio de Fomento, la participación ciudadana en los plenos, las medidas contra los desahucios y las reformas fiscales "en favor del 99% de los coruñeses". Ferreiro reprochó las políticas de los anteriores Gobiernos municipales, en los que, dijo, se primó "hacer edificios estrella y pasar a la posteridad sin contar con la gente".

Ferreiro se marcó un nuevo objetivo de cambio para las próximas elecciones generales. "Ese día habrá dos elecciones", reflexionó el alcalde. Por una parte situó el debate sobre "la elección de la derecha" que, según Ferreiro, se juega saber quién será el sucesor del actual presidente, si el propio Mariano Rajoy o el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Al otro lado de la balanza situó "la elección de la vida de la mayoría". Ferreiro se mostró ilusionado con En Marea, que integran partidos como Podemos y Esquerda Unida, a la que apoya Marea Atlántica. "Hay una candidatura fuerte, plural y que representa ilusión por el cambio. Será una candidatura muy exitosa en Galicia", vaticinó.

Pese a partir como eje central de su intervención en Madrid, el debate sobre la Smart City quedó relegado a un plano secundario tanto en el discurso de Ferreiro como en las preguntas de los asistentes. El alcalde coruñés se refirió a este programa como un modelo que debe adquirir "un sentido diferente". Frente a la visión anterior de servir como plataforma para "la venta de determinados productos y servicios", defendió las herramientas de la Smart City como una forma de "obtener rentabilidad social".

"Los instrumentos de participación ciudadana son absolutamente magníficos y con muchas posibilidades", elogió el regidor, que ve posibilidades de "reconducir" este programa para "contribuir a una gobernanza diferente" en las distintas ciudades españolas que abrazaron este concepto. Una de esas alternativas para este programa se basa en una mejor gestión del medio ambiente, según aseveró Ferreiro.