Actor, músico y humorista, el gaditano Álex O'Dogherty es el guionista y maestro de ceremonias del espectáculo The Hole 2, una combinación de espectáculos de circo, cabaret, danza, erotismo y humor. Se estrenó en A Coruña este jueves en el Coliseum y el domingo 29 tiene una última doble función, a las 17.30 y 21.00 horas.

-Ya participó en la primera parte de The Hole

-Más de 600. Pero el espectáculo sigue siendo fresco: involucra al público, y todo espectáculo que haga eso cada día es nuevo. Con el mismo texto, la misma historia, dudo que hubiera llegado a 300 funciones. The Hole 2 lo he escrito yo y tengo una relación mucho más íntima con él. En las funciones estoy muy pendiente para cambiar el texto e incorporar cosas nuevas.

-¿Cómo es la interacción con el público?

-La gente que participa lo hace voluntariamente y se lo pasa muy bien. No obligamos a nadie, nadie tiene que venir con miedo de eso. La gente tiene que venir sabiendo que va a entrar en un sitio donde se va a olvidar de todo y se lo va a pasar divinamente. Y del que va a salir muy desinhibido. Y el que quiera participar y hacer cosas, libremente puede hacerlo.

-¿Qué era lo principal a la hora de hacer el guión?

-La necesidad de divertirnos. En el espectáculo empezamos preguntando a la gente: '¿Quién necesita divertirse?'. Todos podemos reconocer una canción, un libro, una película que nos ha mejorado la vida. Me consta que este espectáculo cumple este cometido y lleva cuatro años alegrándole la vida a la gente. Esta es la misión que cumplimos.

-Con esta segunda versión incorporan música en directo.

-Quisimos añadirle a esta segundo espectáculo las cosas que podían contribuir a mejorarlo, y la música en directo es una de ellas. También intenté que la historia que estructura el espectáculo fuera más consistente y se siguiera más. En el primer The Hole el motivo era el cabaret berlinés, mientras que ahora lo hemos centrado más en la revista española, más cañí. Hasta introducimos un bingo en el que sorteamos un jamón.

-¿Dónde se ve el toque cañí?

-Nos inspiramos mucho en el Teatro Chino de Manolita Chen. Le gustaban las cosas muy españolas, muy castizas. Nosotros hasta incorporamos un censor, que está todo el tiempo intentando clausurar el espectáculo por indecente. Es una obra más picante, con los dobles sentidos, el cuplé. En la primera había una rata, el animal y durante esta se transforma en una vedette, con sus plumas y sus boys.

-¿No le dio pudor todo esto?

-Tuve que vencer ciertos pudores, claro. Ya había presentado y había trabajado con público pero no había llegado a este punto. Salir con esas ropas tan descaradas, enseñando las piernas... Al principio no sabía si me iba a sentir cómodo, pero encuentras tu manera de hacerlo.

-En los tiempos del primer cabaret todo escandalizaba, ¿lo hace el cabaret del siglo XXI?

-Hay gente que se sigue escandalizando porque hay gente que sigue viviendo en el siglo XIX (ríe). En cualquier parte de España encuentras gente que vive en las cuevas y a la que le gusta salir y protestar. Y la gente también se olvida, porque durante muchos años en este país no se ha hecho cabaret. Ahora que hemos salido nosotros empiezan a aflorar más, y las nuevas generaciones vienen y se sorprenden. Si esto dura unos cuantos años, se saturará la cosa, habrá que dejarlo, a los quince años volverá...

-Ya había hecho otro cabaret, El desahucio de las almas

-Era de otro tipo, no tenía este factor picante del striptease. El cabaret es un saco donde caben muchísimas cosas. Ese ha sido el éxito de The Hole: haber sabido mezclar tantas cosas diferentes en un solo espectáculo y que funcionara bien, con una serie de artistas fijos y otros que vienen y van. Tenemos algunos trucos de magia, sencillos, pero predominará el circo, con el baile, el cante, el bingo, y sobre todo el humor.